Hoy se celebra el “Día del Inmigrante Italiano
3 de junio, saludos a nuestros abuelos gringos.
Mediante Ley Nacional Nº 24561, se estableció como "Día del Inmigrante Italiano" el 3 de junio en homenaje al nacimiento de nuestro prócer Manuel Belgrano, ya que su padre, don Doménico Belgrano había nacido en Oneglia (Génova).
En sus principios, en Sudamérica los inmigrantes italianos no debieron afrontar graves problemas de carácter racial o étnico, aunque su inserción no fue siempre fácil. Las sociedades sudamericanas, y aquella brasileña todavía más que la argentina, eran sociedades en formación, donde los recién llegados venían a encontrarse con estructuras consolidadas. Y no se sentían ni siquiera portadores de una civilización superior, sólo a veces en comparación con los indios.
El Conte Verde hizo el cruce inaugural desde Génova a Buenos Aires en junio de 1923. En la Argentina la inmigración italiana fue mas selectiva que en el Brasil. En 1896 un diputado, el radical Pantomo, afirmó en la Cámara que sus condiciones morales y materiales eran mucho mejores que en el Brasil, pero que en ciertos aspectos eran graves: “los mozos, los lustrabotas, los vendedores ambulantes” eran reclutados entre los italianos que aceptaban frente a otros inmigrantes este estado de inferioridad. Pero esto podía convertirse en un lugar común. Lo consideraron falso, en el 1910, dos observadores de la realidad argentina, Cittadini e De Duca, escribiendo a propósito de la laboriosidad italiana in Sudamérica: “No es cierto que los italianos en el exterior hagan solamente aquellos trabajos menores”.
Tierra de oportunidades
Y ya en 1896 otro publicista, Scardin, había recordado que en Europa “el que nacía pobre, casi siempre moría pobre”, y en Sudamérica, en cambio había muchas ocasiones para aprovechar. Los Italianos en la Argentina Con las asociaciones y los diarios buscaban de formar islas de cultura italiana. El 21 septiembre del 1895 un diario de Buenos Aires, La Nación, dio gran relieve a las celebraciones del 20 de Septiembre, aniversario de la conquista de Roma por parte del estado italiano: el continuo ruido de petardos y cohetes en todos los barrios de la ciudad habían anunciado desde las primeras horas que la comunidad italiana se preparaba para festejar la ocasión “con inusitado esplendor y con el mayor entusiasmo”.
La gran cantidad de banderas, en ciertos barrios, daba a Buenos Aires el aspecto de una ciudad italiana. No era una exageración. En 1895, sobre 663.864 habitantes, 181.361 eran italianos. El más italiano era el barrio de la Boca.
Sociedad Italiana de San Nicolás
La Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “Unión y Fraternidad” de San Nicolás, ha sido la primera entre su similares fundada en la provincia de Buenos Aires y la cuarta fundada en el pais. En 1862 los italianos querían aprender nuestro idioma, nuestras costumbres pues ya formaban, en San Nicolás, una colonia numerosa, activa, emprendedora y capacitada. Intuían que un mundo nuevo y de posibilidades infinitas se abría ante ellos, donde con “sangre, sudor y lágrimas” iban a asimilarse al medio, constituyendo la familia, la educación, la religión, el credo, el patrimonio, la dignidad, pero por sobre todo iban a apuntalar la libertad, como fuente de vida superior inextinguible y creadora. Ya la bandera italiana no era un distintivo de pueblo, ya era en San Nicolás una gratitud, una doctrina, una idea elevada y un símbolo de fraternidad. Todos estos nuevos artesanos, estos interpretes del nuevo humanitarismo social, irán al fin jalonando con otros hechos, la marcha iniciada el 26 de junio de 1862 y son los siguientes: el 1 de julio del mismo año su estatuto, el 14 de agosto de 1880, obtiene su carácter de persona jurídica, el 16 de marzo de 1893 obedeciendo a su lema, aprueba la fusión con la Sociedad “Ausonia” creada en esta ciudad y similar a la Sociedad Italiana pero netamente femenina, y el 31 de diciembre de 1893 una asamblea resuelve la construcción del panteón social y columbario como anexo. En pocos años tiene casa propia, ha organizado el socorro médico y la previsión social y destinado un sitio del campo santo nicoleño al descanso definitivo del cuerpo. El primer presidente y fundador de la sociedad Italiana de San Nicolás fue Luis Viale quién durante un trágico accidente naval dio su vida para salvar a la señora Marco del Pont, hecho por el cual se le construyó un monumento frente al Río de la Plata.