Luego del empate entre Santa Ana y Ferrocarril en categoría reserva, se originó una verdadera batalla campal entre jugadores, cuerpo técnico e hinchas, lo que arrojó un total de siete heridos y daños de consideración en la institución.
Todo comenzó dentro del campo de juego, al finalizar el evento queda establecido que un jugador de Ferro le pega al de Santa Ana y eso prosigue en enfrentamientos entre jugadores, equipo técnico y además, lo que lamentamos mucho porque terminó siendo un encuentro de patotas con un saldo de siete heridos y daños de consideración en la institución”.
Además, una vez desatado el disturbio dentro de la cancha, la batahola se extendió a los simpatizantes que se encontraban en el lugar quienes comenzaron a arrojar piedras al interior de la cancha y a ciertos vehículos que se encontraban en el estacionamiento habilitado y pertenecían a jugadores o familiares de los jugadores visitantes, “los hinchas comienzan a tirar piedras desde las tribunas al campo de juego, en total contamos con siete personas heridas de los dos equipos, además el club quedó en muy malas condiciones con puertas y ventanas rotas, también vehículos dañados, entre ellos un Fiat Uno de color blanco de una persona de Ferro, un Renault 9 y un Duna blanco de un familiar de un jugador”, relató el oficial Luis Villalba.
Sin salir del asombro el policía continuó: “La verdad un evento reprochable y repudiable, hay varias denuncias por parte de la gente de Ferro, yo me encontraba con seis policía más en la cancha y a cargo del control, pero fue imposible evitar esto porque era una agresividad incontrolable. Partió de los jugadores, exactamente del arquero suplente de Ferro y ahí comenzó la violencia verbal que desato todo esto… una vergüenza”, sentenció.