Algún día terminará la pesadilla que padecen Oscar Maglioni y su familia. La “película de terror” que en alguna entrevista describiera su mujer, Fabiana Parada, cansada de recibir amenazas telefónicas, ser perseguida y vigilada por avionetas que sobrevuelan su campo de Islas del Ibicuy, y tener que vivir desde hace más de 13 meses con custodia policial permanente.
Los problemas de los Maglioni (Oscar, su esposa Fabiana, y los cuatro hijos varones de 24, 19, 16 y 14 años) comenzaron el 19 de septiembre del año pasado, cuando el hombre recorría su establecimiento llamado El Charolais, un campo bajo de 850 hectáreas ubicado a 60 kilómetros de Ibicuy, y sorpresivamente, entre las redondeadas formas de los camalotes de un bañado, descubrió que flotaban 30 paquetes de marihuana. De ahí en más, la vida de la familia de campo se transformó en un calvario.
Maglioni entregó la droga a la Policía, y diez días después, cuando recorría otro sector del campo –a dos kilómetros del lugar del primer hallazgo--, se topó con otros 20 paquetes más.
Comenzaron a sufrir todo tipo de amenazas y agresiones. Periódicamente, pese a que la línea está intervenida, Oscar recibe en su celular mensajes anónimos que le dicen: “te tenemos ubicado”, “cuidate” y otro tipo de advertencias. P or eso tienen custodia policial dispuesta por la Justicia, pero la presencia de un uniformado las 24 horas en el campo no disuade a los provocadores. Por ejemplo, una noche del año pasado sufrieron un ataque a tiros por parte de un grupo que bajó de una embarcación en la costa del arroyo Baltazar, a 600 metros de su casa. “Uno de mis hijos vio movimientos de una lancha y alumbró con una linterna. Se bajaron y se tirotearon con el policía que teníamos como custodia. Tuvimos que encerrarnos en un galpón y tirarnos al piso. Nos salvamos de milagro”,
Reiteradas veces, en vuelo rasante, los tripulantes de una avioneta los vigilaron sin disimulos.
Más droga. Una explicación posible sobre semejante asedio surgió en julio de este año, cuando Oscar recorría el campo, bordeando una laguna: en un estero, dentro del barro, encontró otros 23 envoltorios de marihuana, “en estado de putrefacción, con raíces y vegetación propia de hallarse abandonados en un medio acuático”, explicó por entonces un comunicado policial. “Posiblemente, con las amenazas intentaban que los Maglioni abandonaran el campo por un tiempo para recuperar la droga que no se había secuestrado” conjeturó en ese momento una fuente policial. Y deslizó, también, que quizá los traficantes pensaron que el dueño del campo había encontrado toda la marihuana, pero había entregado sólo una parte a la policía.
El martes de esta semana, alrededor de las 18, Maglioni volvió a encontrar droga. Esta vez fueron 21 paquetes de marihuana con raíces y hongos, con características de haber sido arrojados allí hace bastante tiempo. “Es droga vieja, como la que se encontró en julio. Quedó en los bañados y ahora que está bajando el agua se deja ver”, dijo a esta Hoja el jefe departamental de Policía de Islas, comisario mayor Omar Alcides Blanco. El último hallazgo es de 16 kilos y 136 gramos, detalló la Policía de Entre Ríos.
“Pensamos que no debe haber más” respondió el comisario Blanco. ¿Será el final? Los Maglioni lo desean fervientemente.
Investigan los mensajes
Sentado en la galería del casco de El Charolais, con el espeso y verde paisaje de Islas de fondo, tomando mates con un policía que lo custodia las 24 horas, Oscar Maglioni observa avionetas que lo vigilan desde el aire al tiempo que recibe una ráfaga de amenazas en su teléfono. Forzado a vivir en esa mezcla de elementos fabulosos con el mundo real, una mixtura propia del realismo mágico, el productor rural y su familia sobreviven aterrados desde hace 13 meses. En octubre, en el lapso de dos días, quedaron grabados en el celular más de 100 mensajes de texto intimidatorios. “Siguen recibiendo amenazas. También es cierto que no se concretan. Pero es una situación insoportable para esa gente” le dijo ayer el abogado de los Maglioni, Darío Carraza. Para tratar de darle un corte a esa situación tragicómica el juez de Instrucción Nº 2 Arturo Dumon le ordenó a la Dirección de Inteligencia Criminal que utilice toda la tecnología a su alcance para tratar de individualizar los teléfonos desde donde se realizan las intimidaciones. “Nos dieron toda la información y estamos trabajando en eso. Esperamos tener resultados en los próximos días” confirmó el titular del área, comisario general Carlos Catena.
94 paquetesde marihuana en total, unos 75 kilos de droga, desde que comenzó esta historia ha encontrado el dueño de El Charolais.
