No sólo los mercados externos son exigentes sino también los internos en cuanto a tamaño. “Con más razón sino tenemos agua, no vamos a tener tamaño y gran parte de esa fruta va a tener destino de industria”, dijo. El temor es que haya una oferta excesiva de fruta para industria respecto de la demanda, lo que menguaría los precios al punto de que el productor pueda optar por no cosechar.
El tesorero señaló que de aquí a fin de enero deberían caer lluvias importantes. “Al no tener la suficiente cantidad de humedad, no podemos tener la calidad necesaria”, dijo. Al respecto, precisó que hacen falta 70 u 80 mm. de agua. En Entre Ríos ha llovido en forma variada. “Hay lugares donde ha habido hasta 100 milímetros en la zona de Chajarí y en la zona de Concordia tenemos la mitad. El viernes en algunos lugares cayeron 50 o 60 mm. y a 1000 metros no cayó una gota”, expresó.
Respecto del riego artificial, Mover señaló que desde hace siete u ocho años los productores venden un kilo de naranjas a $ 0,50. “Todos los insumos han subido, lo laboral también, los impuestos. No está dejando una rentabilidad como para poder adquirir la tecnología que necesitamos que es riego o fertiriego”, señaló. “Aquel que regularmente le va sobrando algún mango, va invirtiendo parte de lo que tiene en un riego pero no hay rentabilidad suficiente como para tener a toda la citricultura con riego”, añadió.
Asimismo, aseguró que hay proyectos importantes de riego en Villa del Rosario pero aún no están en práctica. “El acompañamiento del Estado es importante para ir saliendo de la coyuntura”, señaló el dirigente. Y mencionó la fábrica de jugos que se construirá en esa ciudad. “Evacuaría gran parte de esa fruta que no va a tener otro destino que el de la industria”, mencionó. “Ya está comenzando a hacerse realidad pero falta mucho”, señaló.
Además de la preocupación por la falta de agua, se vislumbra un año complicado para las exportaciones por los problemas económicos en el Viejo Continente