4 de abril de 2012 |
Menéndez. |
Admitió que Argentina no estaba preparada para la guerra.
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El gobernador militar de las Islas Malvinas durante la guerra de 1982, Mario Benjamín Menéndez, admitió que la Argentina “no estaba preparada” para involucrarse en un conflicto bélico, y se consideró hoy el "pato de la boda" de ese conflicto, rechazó duramente las críticas del ex titular del Ejercito Martín Balza en su contra y juzgó una "exageración" las denuncias sobre torturas de soldados argentinos en ese enfrentamiento.
Tras insistir en que hubo "imprevisión e improvisación" en la guerra librada contra los ingleses en 1982 y consultado sobre si se consideraba el "pato de la boda", el general señaló que "a lo mejor ese término se podría usar" para definir la imagen que quedó de él ante la sociedad argentina tras la derrota bélica.
"Yo fui declarado inocente de todos los cargos, inclusive por la Cámara Federal en lo Penal, y eso no tuvo la trascendencia correspondiente. Por el contrario, permaneció firme el "Informe Rattenbach", pese a que ese documento fue cuestionado por el mismo (teniente general Benjamín) Rattenbach, quien lo firmó en disidencia", se lamentó el militar, de 80 años.
En declaraciones a radio La Red, Menéndez desestimó con dureza recientes declaraciones de Balza, quien le recriminó no haber estado a la altura de las circunstancias durante la guerra con Gran Bretaña y de haberse encerrado en su despacho de gobernador de las islas.
"Conozco las críticas del señor Balza, no digo que me tengan sin cuidado, no me causa ningún placer ver que uno de mis subalternos (en ese momento) esté diciendo esas cosas", se enojó el general y disparó que "acá en la Argentina justamente el que más habla o vocifera es el que tiene más prensa".
Menéndez sostuvo que "hay otros cinco, seis u ocho jefes de unidades que estuvieron en Malvinas que piensan distinto" y remarcó que "una cosa es un jefe de grupo de artillería, como era en ese momento el teniente coronel Balza, y otra cosa ser el comandante de las Malvinas".
"Si hubiera estado tan encerrado no hubiera sabido los problemas de falta de munición, de falta de comida y no hubiera cuestionado o requerido lo que faltaba y está hoy por hoy en los documentos que se encontraron", replicó.
Por otra parte, dijo no tener conocimiento de los malos tratos a los que fueron sometidos soldados argentinos durante el conflicto bélico, según denuncias que hoy investiga la Justicia, aunque evaluó que "hablar de torturas, en principio, sería una exageración".
"Hay que estar muy seguro de lo que fue (porque), por ejemplo, existe un castigo en el Código de Justicia Militar que se llama "calabozo de campaña" y la sensación que yo tengo, por lo que he escuchado, es que lo que se aplicó en algunos casos fue (este procedimiento)", comentó.
Cuando se le señaló que hay denuncias sobre tabicamientos y pozos en los que se habría encerrado a soldados por su condición de judíos, el militar se limitó a responder: "De eso se está hablando mucho; en su momento me dijeron que iban a llegar rabinos (a Malvinas) para conversar y atender espiritualmente a soldados judíos, pero no llegaron nunca; en todo caso no sería responsabilidad nuestra".
Insistió en asegurar que nunca tuvo "información" sobre torturas. "En su momento he conversado con amigos judíos que no me transmitieron nada de esto", puntualizó.
Añadió que "transcurrido el tiempo, hemos armado una serie de denuncias, muchas de las cuales ya se cayeron".
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