27 de julio de 2012 |
DESCUBRIMIENTOS . |
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ENCUENTRAN RESTOS DE MASTODONTES.
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Hace 10 días un pescador encontró en la cercanías de Urdinarrain una cabeza de mastodonte que tendría por lo menos 10.000 años. Estos especímenes, que llegaban a pesar entre cuatro y seis toneladas, eran mamíferos y estaban emparentados con los mamuts. Para determinarlo, generalmente interviene un equipo de científicos dependiente del Centro de Investigaciones Científicas y Transferencia de Tecnología a la Producción (Cicyttp) vinculado al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), que trabajan en conjunto con el Museo Provincial de Ciencias Naturales y Antropológicas Profesor Antonio Serrano. “Lo que se recomienda en caso de encontrar un fósil es avisarnos y enviar una fotografía del hallazgo. En ningún caso retirar la pieza, porque al sacarlo del lugar se pierde información. Por ejemplo, muchas veces llegan con el trozo de una mandíbula, y a lo mejor estaba el cráneo entero”, indicó a Gisela Bahler, directora del museo, al tiempo que comparó: “Es como si la barranca fuese un gran libro, donde cada estrato determina una edad y un ambiente; retirando el material, es como si al libro le sacamos una hoja y perdemos datos relevantes”.Estas piezas arqueológicas y paleontológicas se consideran patrimonio de todos los entrerrianos. “Luego de un análisis que demanda aproximadamente seis meses y se realiza en el museo de La Plata, los elementos hallados son devueltos. Si la ciudad donde se los encontró posee un museo o un espacio con las condiciones que se requieren para una adecuada conservación, se prioriza su regreso al lugar de origen”, añadió Bahler.
Los principales hallazgos corresponden a la flora y la fauna del período Cuaternario o Neozoico. La doctora en Ciencias naturales especializada en Paleontología Brenda Ferrero, quien trabaja en el Conicet de Diamante y participó en la extracción de los fósiles hallados en Urdinarrain, explicó “Lo que más se encuentra son restos de mastodontes, toxodontes, perezosos gigantes, ciervos, camélidos, entre otras especies que vivieron entre los 120.000 a los 11.000 años atrás”. Su directora, Gisela Bahler, contó “El trabajo de clasificación es constante y a veces hay piezas que no alcanzamos a exponer, ya que afortunadamente sigue habiendo una gran cantidad de hallazgos muy valiosos. Hay un montón de cosas pendientes y se sigue incorporando material todo el tiempo”. Asimismo, comentó que en Entre Ríos el destino del material arqueológico y paleontológico que se encuentra está regulado “por la Ley provincial Nº 9.686, en concordancia con la Ley nacional Nº 25.743 y con tratados internacionales que promueven la protección de este patrimonio, delegando esta tarea en autoridades científicas que realizan el trabajo de extracción y recolección de las piezas. Así se procura recabar la mayor información posible que estas piezas puedan aportar”.
Por su parte, la investigadora Brenda Ferrero aseguró: “Cuanto más completos están los materiales, más información nos brindan respecto de los animales y al lugar donde habitaron; la información in situ es muy valiosa y por eso es importante que quien ubica un fósil, ya sea animal o vegetal, no lo extraiga y dé aviso al museo, indicando el lugar donde se encuentra”.
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