Independiente le ganó 2-0 a Atlético Rafaela, con goles del urugueyense Luciano Leguizamón y el basavilbasense, Osmar Ferreyra, empieza a sumar para luchar por el promedio y quedó a un punto de San Lorenzo. Leguizamón metió el primero y Ferreyra el segundo, ambos asistidos por Farías.

Con una final en el bolsillo, este Independiente renacido debía prolongar esa victoria necesaria que tuvo ante Unión. Si el cruce con el Tatengue valía diez puntos para Américo Rubén Gallego, el de Atlético Rafaela, en el Libertadores de América, debía ser una demostración de que el Rojo todavía puede levantar aún más su nivel. Y lo fue…

Un primer tiempo en el que fue amo y señor. Con la tenencia de pelota como estandarte, con Roberto Battión haciéndose dueño del círculo central, con Fabián Vargas complementándose perfectamente por la derecha y Osmar Ferreyra incomodando por izquierda. El 1-0, producto de una gran asistencia de Ernesto Farías a Luciano Leguizamón, quedó corto si se tiene en cuenta los mano a mano que salvó Guillermo Sara.

Una salvada del Tecla debajo de la línea sobre el final de esa primera mitad, dio aviso a Independiente de que en la segunda parte la Crema se vendría con todo. Y ocurrió. Sebastián Grazzini se despertó de a momentos e Hilario Navarro sufrió un par de sobresaltos para evitar el empate. Eso, sumado a que Ferreyra comandó mal un par de contraataques, hicieron pensar en que los de Rubén Forestello podrían rescatar un punto.

Sin embargo, una nueva asistencia de Farías en forma de centro dejó solito y solo a Ferreyra, quien sólo tuvo que empujarla. Para tranquilidad del Tolo, para tranquilidad de los hinchas de Independiente. Esos que sufrieron todos estos partidos sin victorias. Esos que ahora, por lo menos, ven una reacción (el equipo de Avellaneda se puso a un punto de San Lorenzo). Esos que, hoy por hoy, ven al Rojo vivo.