Se trata de Daniel Clemente Pereyra de 39 años de edad, sobre quien pesaba una denuncia desde febrero de 2011, radicada por su esposa tras enterarse de que este había a violado a su hija de 12 años.
De acuerdo a lo dialogado con la madre de la víctima, estos actos de abuso se habrían iniciado en el 2008, cuando la niña tenía solo 10 años. La mujer, que tiene otros dos hijos de su primera pareja y tres hijos en común con el violador y hasta ese momento nada hacía sospechar lo que pasaría, pero esta se enteró de lo que pasaba por intermedio de una sobrina, a quien la niña le habría contado lo que estaba viviendo.
Horrorizada, la mujer radicó la denuncia, tras lo cual se iniciaron los estudios pertinentes y asistencia a la menor, señalando que su esposo fue detenido, recuperando la libertad bajo caución real.
Según surgía en el expediente, estos actos repudiables habrían acontecido en momentos que la madre de la menor estaba en misa o el trabajo, lo que era aprovechado por Pereyra, destacando la madre que la niña manifestaba dolores, calambres, mareos y nauseas, pero que ella pensaba que era por un problema de cardiopatía congénita compleja que padecía la menor desde su nacimiento, lo que la llevó a una intervención quirúrgica a los 50 días de vida, en el hospital Garrahan, para luego a los cuatro años se le debió colocar un marca paso.
Los estudios realizados por el médico forense sobre la menor, permitieron establecer que hubo abuso sexual con acceso carnal vaginal y anal, lo que sumado a los testimonios logrados, comprometían al depravado, llevándolo así a ser procesado por el “Abuso sexual agravado por la convivencia preexistente”, pero no se le pudo imputar la corrupción, ya que el retraso madurativo de la menor impedía tener certeza de esto.
Representado por la defensora oficial, Alejandrina Herrero, el imputado aceptó su responsabilidad, por lo que se acordó con la Fiscalía a cargo del doctor Diego Young, solicitar la pena de 3 años y medio de prisión efectiva, considerándose que el mismo no contaba con antecedentes y su voluntad de someterse a proceso, lo que fue planteado en la audiencia, ante el Tribunal presidido por el doctor Fabián López Moras.
Tras la audiencia se confirmó la pena de tres años y medio de prisión efectiva y se dispuso la inmediata detención del depravado para ser alojado en la Unidad Penal Nº 4, pero la defensa solicitó se disponga el cumplimiento de la pena en la UP7 de Gualeguay, ya que en la cárcel de Concepción, Daniel Clemente Pereyra tendría problemas con algunos internos. Ante esta situación, y el pedido de la defensa para que el condenado solucione algunos problemas personales, le concedieron permiso hasta el miércoles próximo, para que se presente voluntariamente en la cárcel gualeya, de lo contrario sería buscado por la fuerza pública.
Consultada la madre de la menor, señaló que esto le causó temor, ya que dijo que su ex esposo es violento y ya durante su convivencia había sido víctima de agresiones, por lo que teme que le pueda hacer algo antes de ir a prisión, razón por la cual concurrirá a informar a la Justicia.