Perdió de local 102-90 frente a Alvear de Villa Angela y quedó último con Echagüe en la Zona Norte. Ahora debe visitar al puntero.

(Edición impresa) A veces el fixture resulta cómplice de equipos que llegan con urgencias y presenta encuentros propicios para el despegue. Pero claro, siempre y cuando se consiga una victoria, porque de suceder lo contrario, perder como este caso, significa un cimbronazo mayor.

La Unión, de una primera fase irregular pero dentro de los carriles normales, iniciaba la Segunda Fase del TNA con la oportunidad de reivindicarse de un par de caídas en casa ante el equipo con peor cosecha de puntos de la primera etapa, Alvear. Los chaqueños llegaban de una semana agitada en la que hasta se había puesto en duda la continuidad de su entrenador.

Ganar este partido le posibilitaba además a La Unión despegarse a 1,5 punto de su rival y del tan temido último puesto, ese que, al finalizar la fase, enviará a un equipo al Torneo Federal.

Sin embargo el trámite del encuentro y el resultado final lejos estuvieron de cubrir las expectativas del team de Martín Guastavino. El Rojo tuvo las mismas falencias que siete días atrás frente a Rocamora, una permeabilidad defensiva impropia de este nivel que le permitió a un rival que promedió 75 puntos en la primera fase se vaya de Colón superando los 100. Y eso que volvió de la lesión Taffarel, quien, por lejos, fue el mejor defendiendo hasta que se marchó por 5 faltas. El déficit de altura se sigue sintiendo a la hora de los rebotes y en el uno contra uno tampoco hubo respuestas para aminorar la cosecha chaqueña, que fue parejita durante toda la noche.

En ataque, nada cambió. La Unión fue Mazzini o Rodgers-dependiente en la mayor parte del juego. Dentis y Rotschy alternaron más malas que buenas y la conducción de Chahab y Díaz no tuvo la fluidez de otras noches.

Desde el salto inicial Brown, Ledesma, Ortega y compañía lideraron la conquista chaqueña que se vio atenuada por la reacción local al final de los dos primeros cuartos para encausar el trámite que finalizó igualado en 24 y 47. Mazzini y Taffarel en el primero y el Negro Pizzola, con su inconmensurable voluntad, fueron artífices de la paridad.

Sin embargo el tercer período fue fatídico e irremediable. Alvear escapó en el tablero y llegó a ganar por 20, una diferencia imposible de limar y más aún en una noche que venía torcida, plagada de errores y malas decisiones.

No vamos a negar tampoco que los visitantes encestaron hasta las imposibles y estuvieron en esas noches en las que te salen todas.

Estas derrotas duelen más, el doble, porque la localía en el TNA vale oro. Quizás el equipo tocó fondo y a partir de aquí empiece a levantar su rendimiento y comenzarán a llegar los resultados positivos que lo alejen del fondo de la tabla. El panorama, por lo pronto, no se presenta alentador: el próximo rival será el líder e invicto San Martín de Corrientes, de visitante, por si fuera poco.