Antes de comenzar esta final, todos en Regatas coincidían en que la primera meta era mantener ese derecho que se ganaron tras pelearla todo el año, la localía por ser el mejor de la fase regular. Ganar los dos primeros en Corrientes lo consideraban vital para viajar tranquilos a Buenos Aires. Objetivo cumplido, Fantasma. El paso inicial había sido un golpe directo al mentón, una paliza que sorprendió a todos. Y anoche dio el segundo, no tan abrumador pero sí con gran contundencia. El conjunto de Casalánguida pisa bien fuerte en esta definición por el título de la Liga Nacional y su gente lo reconoce y sueña, porque los 4.500 que llenaron el José Jorge Contte se ilusionaron con el “este año desde Corrientes sale el nuevo campeón” tras el 65-55 que lo puso 2-0 ante un Lanús que todavía no le encuentra la vuelta. La serie, al mejor de siete, se mudará el lunes al Antonio Rotili, donde el Grana estará obligado a reaccionar para mantener la ilusión.

 

Lanús hizo lo que debía hacer tras lo del lunes, reaccionar y mostrar otra cara. Salió con otra agresividad, presionando en toda la cancha desde el comienzo y generando muchas pérdidas (7 en el 1º) en un Regatas apurado. Battle controló la pintura (9 y 6 rebotes) y los tableros fueron todos granates (7 ofensivos). Pero todo lo bueno que hizo no terminó de aprovecharlo, ya que la ventaja fue de sólo cinco (19-14) por su poca efectividad (7-19 cancha). Y el Fantasma se lo hizo pagar, arrancando el 2ª cuarto con un 10-0 para pasar al frente (24-19). Fueron 10 minutos arrolladores del local, defendiendo de manera asfixiante (permitió apenas cinco tantos y generó cinco pérdidas) y encontrando a un brillante Meyinsse (12 y 4 recobres), que castigó cerca del aro y con su tiro de media distancia para el 34-24.

 

El dominio interior siguió siendo del Remero en el ST. Meyinsse, letal (6), y Kammerichs, guerrero para generarse él mismo sus puntos (8) por rebotes ofensivos, hicieron lo que quisieron. Encima se prendió Quinteros (8) y la ventaja creció en el 3º (56-42). Lanús intentó reaccionar con una defensa combinada que secó a Regatas durante 7m (0-7 cancha). Pero sólo se acercó a siete (58-51) por apuro y por fallar tiros cómodos (cerró con 16-37 dobles). Meyinsse, quién sino, rompió el cerrojo con un doble y tuvo sangre fría para liquidarlo con libres. Cambió el guión pero no el final. Regatas pisa fuerte y va por todo.