Este lunes a las 12, el presidente del Tribunal, doctor Rubén Chaia, dio lectura a la sentencia en ausencia del imputado y su abogado.
Como se recordará en agosto del 2013, la madre de la niña, una mujer de unos 30 años de edad, se presentó en sede policial y relató ante las autoridades que su hija habría sufrido abusos en forma reiterada a manos del imputado.
Esto llevó a que se librera la orden de detención y cuando la Policía arribó al domicilio del acusado, descubriendo que este se había encerrado en el baño, donde intentó suicidarse, colgándose con un alambre por el cuello, pero la rápida acción policial impidió que lograra su propósito.
Desde un comienzo del juicio, dado los elementos y evidencias, más allá de que por las características del hecho todo se manejó con sumo cuidado y estricto secreto, se presumía que la situación de Arellano era muy comprometida, lo que finalmente se confirmó con la sentencia aplicada de 10 años de prisión, más accesorias legales y reglas de conducta, mientras dure su libertad, ya que el condenado deberá empezar a cumplir la pena, una vez que la sentencia quede firme.