El año 2013 se convirtió en el tercer período consecutivo de fuerte crecimiento para el sector porcino, lo que permitió alcanzar nuevos récords productivos y de consumo interno, destacó la consultora. El estudio precisa que el aumento en el consumo de cortes frescos representa una suba del 18 por ciento en relación con los 8,6 kilos del año anterior. La faena de 4,6 millones de cabezas significó un incremento de 21,4 por ciento respecto de 2012, cuando se enviaron a frigorífico 3,8 millones de cabezas.
La consultora explicó que la mayor suba del consumo interno obedece a la suba de la ingesta de carnes frescas, ya que el consumo de productos chacinados permanece estable.
A diferencia de la faena bovina, que en los últimos años ha mostrado altibajos en su nivel, la porcina y la producción de carne de cerdo registran elevadas tasas de crecimiento desde 2004, año en que la producción comenzó un proceso expansivo.
Así, entre 2004 y 2013, la producción exhibió un incremento a una tasa anual promedio de 9,8 por ciento, con lo que el volumen de carne pasó de 158.300 toneladas en 2003 a un máximo de 405.000 toneladas durante el año pasado. El acumulado representa un crecimiento de 155,8 por ciento.
La faena de cerdos muestra una tendencia similar, con un nivel de procesamiento que se incrementó desde 1,8 millón de cabezas en 2003 hasta alcanzar un récord durante el año pasado de 4,68 millones de cabezas, con un crecimiento de 160 por ciento.
La tendencia creciente que muestra el sector porcino en los últimos años ha impulsado inversiones en nuevas granjas y frigoríficos, que permitieron aumentar la integración productiva y mejorar la escala.
“La demanda interna se encuentra en etapa de expansión, debido a que parte desde un bajo nivel de consumo agregado en relación con las carnes vacuna y aviar. La fuerte demanda interna deja al sector sin posibilidades de saldos exportables, por lo que el mercado externo está aún desaprovechado”, precisó la consultora.
A pesar del aumento registrado en la actividad, la Argentina sigue siendo un país importador de subproductos porcinos, ya que la producción local es insuficiente para abastecer al mercado interno.
Sin embargo, se observa una menor dependencia de las importaciones y una tendencia a lograr el autoabastecimiento. Durante el año pasado, el volumen de importaciones cayó 41,8 por ciento, mientras que en valor la retracción alcanzó a 41,6 por ciento.
Luego de alcanzar en 1998 importaciones por 143,5 millones de dólares, las compras externas se redujeron durante el año pasado a 51,9 millones de dólares.
Brasil y Chile explican casi la totalidad de las compras argentinas. Las importaciones desde Brasil representaron 83,7 por ciento del monto total y las del país trasandino, 14,6 por ciento. El principal producto importado es pulpa de cerdo para chacinados, seguido por los jamones y otros fiambres.