El Escribano Mayor de Gobierno, Gregorio Francisco Gastaldi, fue condenado a cuatro años de prisión por los delitos de estafa y falsificación de un instrumento público para apropiarse ilegalmente de propiedades de un hacendado de Gualeguay. Por la misma maniobra también fueron condenados Francisco y Laura Gastaldi, hijos del funcionario, y Jorge Mario Rodríguez, todos a penas de prisión efectiva.

La causa tiene sus inicios en el año 2007, cuando María Andrea Martínez se presentó en el domicilio de Héctor Alfredo Ascar, en Gualeguay, para revelarle que era su hija. Ascar, sin embargo, no le creyó y la mujer terminó promoviendo una demanda de filiación. El hombre falleció el 31 de enero de 2011 sin reconocer a su hija.

Ascar era un hacendado con importantes propiedades que se propuso no dejar nada a su heredera forzosa. Para eso contó con el asesoramiento de Gastaldi. Ambos celebraron un contrato de fideicomiso y terminaron pasando todos los bienes del hacendado a "San Maron Fideicomiso Productivo". El fideicomiso incorporaba 34 inmuebles rurales y 3 propiedades urbanas. Así surge del detalle del "Contrato de Fideicomiso Productivo Sujeto a Plazo".

Francisco Gastaldi (hijo) y Jorge Mario Rodríguez, se pusieron al frente de la maniobra financiera por la cual todos los bienes del hacendado quedaron fuera de la herencia de su hija.

La escritura fue realizada por Silvina Lacorazza, en el estudio de Gastaldi, según lo admitió la propia escribana en sede judicial, y llevaba el Registro de Protocolo Número 16, que corresponde a Gastaldi padre.
De la maniobra también participó Laura Gastaldi, también escribana, como su padre.

El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay, integrado por Javier Cárdenas, Darío Ernesto Crespo y María Angélica Pivas, condenó a todos los responsables de la maniobra y les impuso penas de cárcel: Gastaldi fue condenado a cuatro años de prisión; su hija Laura recibió la pena de tres años y seis meses de prisión; mientras que Francisco (hijo) y Rodríguez fueron condenados a tres años de prisión efectiva. Todos podrían terminar en la cárcel, aunque eso no sucederá al menos hasta que la sentencia que dictó ayer el tribunal quede firme.

El funcionario fue resultó condenado por ser el arquitecto del fideicomiso fraudulento que tuvo como objetivo desheredar a la hija no reconocida por el hacendado. Pero para hacerse de los bienes de Ascar, el escribano Gastaldi también decidió correr a Rosa Argentina Ahibe, la pareja durante cuarenta años del hacendado y destinataria por testamento de los bienes.

Cuando Ascar estaba enfermo, y para obstaculizar cualquier reclamo filiatorio, el funcionario le pidió a Ahibe que cremara el cuerpo del hacendado.

Sin embargo, la prueba de ADN se hizo y allí se confirmó con un 99,9% de probabilidad que María Andrea Martínez era hija de Ascar. A instancias de los abogados Leopoldo Lambruschini y Mariano Churruarín, representantes de la hija de Ascar, la causa siguió su curso para llevar a juicio al clan. Ayer se dictaron cuatro condenas, aunque la historia promete más capítulos.

Otra condena
Gregorio Francisco Gastaldi, el hombre que certifica los actos del Gobierno de Entre Ríos, ya tenía una condena por un hecho similar: el año pasado fue encontrado culpable por haber hecho una escritura de cesión de bienes a un hombre en su lecho de muerte.

El Superior Tribunal de Justicia (STJ) determinó que Florindo Cuevas no estaba en sus cabales cuando tomó tal decisión.

Se trata de una causa que data del año 2000. El hombre, que vivía en Gualeguaychú, cedió sus bienes a un tal Alfredo Antonio Chamot durante sus últimos días de vida, tras enfrentar a una enfermedad terminal. Esa cesión se hizo a través del escribano Gastaldi.
Pero los familiares de Cuevas consideraron que ese acto tenía indicios de una posible estafa y denunciaron la maniobra. El funcionario terminó condenado por el uso de documento público falso en concurso con estafa procesal y el fallo fue confirmado por los vocales Leonor Pañeda y Juan Ramón Smaldone (Emilio Castrillón, se abstuvo).