La fuga de Rubén Alejandro Rodríguez de Armas se produjo el sábado 30 de marzo a las 11:25 de la Unidad Penal N° 2 de Gualeguaychú. Según el reporte de las cámaras de seguridad que tomaron los movimientos dentro del penal, Rodríguez de Armas –narco uruguayo- aprovechó que una de las puertas de la cocina estaba sin seguridad, para salir hacia un patio y desde allí saltar un muro que lo dejó en la calle. La extradición de Rodríguez de Armas había sido solicitada por el Juzgado Letrado de Primera Instancia de Ejecución y Vigilancia de Cuarto Turno de Montevideo, República Oriental del Uruguay, luego de que se fugara, el 13 de abril de 2018, del Establecimiento de Reclusión Unidad Penal N° 4 “Santiago Vázquez”, donde debía cumplir una condena única de 30 años de reclusión. Detenido en Gualeguaychú, Rodríguez de Armas iba a ser extraditado a fines de este mes; pero se fugó y su rastro se perdió.
Luego de cinco allanamientos en domicilios de Gualeguaychú, quedaron detenidas seis personas, se secuestraron más de siete mil euros, más de 200 mil pesos de moneda nacional, 103 mil dólares apócrifos, 67 mil pesos uruguayos y 50 mil pesos chilenos.
Rodríguez De Armas fue detenido en un parador de la Ruta Nacional N° 14, en el que se encontraba hospedado. Estuvo diez meses detenido en la Unidad Penal N° 2 de Gualeguaychú, una de las cárceles de mayor seguridad de la provincia. Estaba aislado en una celda y solo tenía contacto con los directores y celadores de esa Unidad Penal, que lo llevaban al patio con periodicidad diaria..
El lunes 25 de marzo llegó a la UP 2 de Gualeguaychú un representante de la Justicia Federal de Buenos Aires y se reunió a solas con un interno alojado en el pabellón destinado a quienes están vinculados con delitos federales. Un adulto mayor de apellido Báez, que estaría en un rango superior en la misma banda narco de Rodríguez De Armas; quien además había sido detenido en la misma investigación.
Tres días después, precisamente el jueves 28 de marzo, Rodríguez De Armas recibe la visita de tres personas: un varón de contextura física similar a la del detenido y dos mujeres, una de ellas sería su pareja, reveló Cuestión de Fondo.
Ellos permanecieron en la Unidad Penal durante todo el horario de visitas. El mismo sábado del escape, precisamente a las 10 de la mañana, todos los guardias cárceles de la UP 2 (los que estaban de servicio y los que estaban de franco) fueron convocados para realizar una requisa; situación poco particular porque generalmente; estos procedimientos se realizan en días de semana cuando el personal está en funciones.
Aunque, al llegar al lugar los guardias cárceles se enteraron que la requisa fue solicitada y coordinada por la Policía Federal de Buenos Aires.
Casi en simultáneo con la requisa, comienza el horario de visita en el que Rodríguez De Armas recibe nuevamente al hombre de contextura física similar a él y a la mujer que sería su pareja.
Según constaría en los videos de la cámara de seguridad, el interno primero se cambia de ropa con su visita. Sale por un pasillo que deriva a la cocina, obviamente con la zona liberada, rompe un candado y llega a un patio interno.
Allí, se trepa a unas rejas que lo dejan a solo un salto de muro perimetral de la cárcel; precisamente donde se encuentra un portón negro, lindero a un grupo electrógeno que alimenta de energía eléctrica a la Unidad Penal.
Una vez afuera, Rodríguez De Armas camina hacia la calle Perón y Goldaracena, donde se ubica la panadería de la Unidad Penal. Allí espera que pase un colectivo de la línea urbana de pasajeros, luego pasa un automóvil y con toda la paciencia y frialdad se esconde detrás de un árbol durante casi veinte minutos… hasta que el hombre que había venido a visitarlo se retira de la Unidad Penal.
La visita recorre todo el frente de la Unidad Penal buscándolo. Primero sale para la dirección contraria y luego observa que Rodríguez De Armas estaba a unos metros. Se sube a un automóvil con el que había llegado, recoge al interno fugado y se van con destino incierto, destacó el informe especial de Cuestión de Fondo.
Una hora y media después, a las 13, la pareja de Rodríguez De Armas (que todavía estaba en la sala de visitas) se retira.
Un dato no menor que surgirá de la investigación de este hecho, es que en el entorno del fugado –desde hacía varios meses- habían alquilado una vivienda a pocos metros de la Unidad Penal.
Esta vivienda la utilizaban para alojarse cuando venían de visita y seguramente fue el lugar desde donde hicieron toda la inteligencia previa al escape.
Las autoridades carcelarias informaron a la Policía de la fuga cinco horas después. Esa Fuerza, junto a Prefectura Naval Argentina y Gendarmería Nacional realizaron un operativo cerrojo, pero sin resultado positivo.
Por otro lado, los funcionarios policiales notificaron a la fiscal en turno Lucrecia Lizzi, y realizaron un croquis, planimetría, fotografía y levantaron todos los registros de las cámaras de seguridad de la Unidad Penal, en los que claramente quedó filmado el escape.
A su vez, tomaron testimonios a diferentes personas, entre ellos, a un remisero que había trasladado hasta Colón a dos personas, una de ellas con rasgos coincidentes con Rodríguez De Armas.
La Justicia inició una causa, recabó todas las pruebas y se encuentra en pleno proceso de investigación para determinar las responsabilidades del hecho. Mientras tanto, Rodríguez De Armas está prófugo y con pedido de captura internacional.