CHAJARI.
ENERGIA RENOVABLE.
Con la idea de aprovechar los residuos que dejan la industria maderera y la actividad citrícola en Chajarí, la Municipalidad quiere tener su propia usina termoeléctrica para generar energía con biomasa.
La propuesta que tiene la comuna es que los desechos de la madera y del citrus se conviertan en energía y así se lo hizo saber el intendente Juan Javier García al secretario de Energía de la Nación Daniel Cameron.
Chajarí ya cuenta con una planta de biodiesel y otra procesadora de aceites, por lo que ahora quiere reutilizar los desechos de dos de las principales actividades que tiene la ciudad.
A su regreso de Buenos Aires, el jefe comunal señaló que desde la Nación se ratificó que se instalarán cuatro usinas termoeléctricas en la provincia y una de de ellas, estarán en el departamento Federación.
GESTIONES. “Tuvimos una reunión (con Cameron), que fue una sucesión del trabajo que hemos venido haciendo durante todo este tiempo. La idea que tenemos es trabajar con el citrus caído y con la madera. Concretamente el proyecto que tiene la Nación es instalar cuatro usinas termoeléctricas en la provincia de Entre Ríos, de las cuales también se incluiría a nuestro departamento”
“Como municipio tenemos una buena experiencia con la producción de biodiesel, es una planta con excelentes resultados y eso es lo que nos motivó en pensar qué hacer con los residuos de la madera y con la fruta que se cae. Cuando planteamos esta iniciativa, vinieron técnicos de la secretaría de Energía de la Nación e hicieron un estudio de factibilidad que resultó positivo”, explicó el jefe comunal.
El proyecto de la Nación es instalar en la provincia cuatro usinas, que demandarán una inversión de 15 millones de dólares cada una. “Dos de ellas estarán en el departamento Federación, porque nosotros queremos darle solución y evitar la quema a cielo abierto de miles de toneladas de descarte de madera y darle valor a la fruta que se cae y que no puede ser utilizada”, acotó el intendente.
De los estudios realizados por la Nación además de la reutilización de los desechos de la madera, el citrus, también se analizó el uso de la cáscara de arroz. “Hay buena factibilidad de generación de energía por biomasa, porque además es mucho más económica, pero además, se estaría cuidando nuestro medio ambiente y le encontraríamos una solución a las miles de toneladas de descartes de madera”, acotó García.
“Con la fruta pasaría lo mismo. En la zona se va a instalar la fábrica de jugos y esos desechos servirían para alimentar la usina, pero además también la fruta que se cae y que no puede ser utilizada ni en la fábrica de jugos ni para la comercialización, es decir, cuando se instalen las usinas, nada se desecharía sino se reutilizaría para la generación de energía. La idea es pensar un nuevo paradigma de generación de energía, desde lo social y desde lo medioambiental”, apuntó.
PLANTAS. Cada usina generaría unos 12 o 15 megavatios, que servirían para estabilizar las colas de las líneas de transmisión, por ejemplo. “Nosotros como Municipio queremos estar incluidos en el proyecto y que en esta ciudad se instale la usina, por lo que generará en lo social, por la mano de obra especializada que se necesitará y en el medio ambiente”, acotó.
Para García, Chajarí tiene muchas posibilidades por los “excelentes resultados que estamos logrando en la Planta de Tratamientos de Residuos Sólidos, en la que estamos produciendo biocombustible, a partir del reciclado de aceites vegetales y comestibles utilizados en frituras en restaurantes y domicilios particulares de la comunidad. A partir de esa experiencia es que se busca la posibilidad de generar energía con la madera y el citrus desechado como combustibles para abastecer con dichos residuos las usinas termoeléctricas, a la vez que se evitaría la contaminación”.
“El proyecto es sustentable e incluso es mas barato que la producción de energía eólica que tiene un techo y no es así en la biomasa, sobre todo en un país en crecimiento como es el nuestro”, enfatizó.
Prefactibilidad
El estudio de prefactibilidad para la utilización de residuos derivados de la industria arrocera y forestoindustrial para la generación de energía eléctrica en Entre Ríos, que elaboró la Secretaría de Energía de la Nación, reveló que en función de la disponibilidad de los recursos el sector forestoindustrial produce entre 710.000/840.000 toneladas al año de residuos.
En tanto, la industria del arroz en la provincia produce 100 mil toneladas de cáscara por año, por lo que es factible el desarrollo de cuatro alternativas (instalación de usinas termoeléctricas):
- Central San Salvador - 7,5 MW – cáscara de arroz – generación de energía eléctrica por medio de combustión directa en lecho fluidizado/grilla vibrante.
- Central Villaguay – 2 MW – cáscara de arroz – cogeneración por medio de combustión en grilla vibrante.
- Central Concordia – 25 MW – residuos forestoindustriales – generación de energía eléctrica por medio de gasificación y combustión.
- Central Federación – 25 MW – residuos forestoindustriales – generación de energía eléctrica por medio de gasificación y combustión.
Energía renovable
De acuerdo a los datos aportados por la Secretaría de Energía de la Nación, en Argentina más del 90 por ciento de la energía es de origen fósil, esencialmente gas, petróleo y un pequeño volumen de carbón mineral.
La electricidad se genera principalmente vía combustión (usinas térmicas), 30% de represas, 6% nuclear y menos del 2% por fuentes renovables, por esa razón, en el 2007 se aprobó la ley 26.190, que declaró de interés nacional la generación de energía eléctrica a partir del uso de fuentes de energía renovables.
En la legislación se puso como meta que para el 2016, un 8% del consumo de electricidad nacional deberá ser abastecido con energía renovable. Con ese propósito, se proyecta la construcción de usinas y termoeléctricas en distintos puntos del país.
El régimen establecido por la Ley 26.190 de fomento al uso de las fuentes renovables, da señales iniciales hacia la concreción de proyectos de este tipo y crea un fondo fiduciario destinado a generar una remuneración adicional a los precios de mercado e incorpora un régimen de beneficios fiscales a las inversiones.