ECONOMICAS.
ALQUILERES DE LOS PREDIOS DE SOJA POR LAS NUBES.
El gasto del arrendamiento representa hoy para los productores el 56% del costo de producción, cuando seis años atrás equivalía al 38%. Más de la mitad de la producción se hace bajo esta modalidad.
El dato surge de un informe de la consultora Openagro, que analiza la evolución de los precios de la oleaginosa y de los alquileres desde la campaña 2004/2005 hasta el ciclo 2011/2012.
El trabajo toma el valor promedio de los arrendamientos en el centro norte bonaerense, el sur de Santa Fe y el sudeste cordobés, eje del corazón productivo de la pampa húmeda.
Seis años atrás alquilar una hectárea en esa región costaba 9 quintales de soja por hectárea, esto es 148,5 dólares por hectárea.
En ese momento el arrendamiento significaba el 38% del costo total (incluidos labores, insumos y otros gastos), que trepaba a 392,4 dólares por hectárea.
Dos campañas después, en 2006/2007, el costo del alquiler ya promediaba los 13,5 quintales de soja por hectárea, es decir 260,5 dólares por hectárea. Aquí el arrendamiento se llevaba el 47% del costo total de hacer una hectárea de oleaginosa.
En la campaña actual, según Openagro, el costo de un alquiler representa el 56% del costo total para producir una hectárea de soja. Lo cual evidencia la magnitud de la disputa por la tierra agrícola, protagonizada por productores, contratistas y pooles de siembra
Según el informe, en el ciclo actual el costo del alquiler promedia 17 quintales de soja por hectárea, es decir unos 544 dólares por hectárea. Considerando que, de acuerdo a la consultora, el costo total para hacer una hectárea en campos alquilados asciende a 973,5 dólares, en esta campaña el alquiler es el 56% del total.
Para los expertos, la puja por el alquiler de la tierra ha desembocado así en una situación inédita, si se piensa que la modalidad con la cual se hace el 60% de la producción del principal commoditie de Argentina se realiza bajo forma de arrendamiento.
“Para el productor en campos alquilados es un negocio cada vez más estrecho. Quien arrienda resigna rentabilidad mientras los dueños de los campos (que los alquilan) tienen más ingresos”, refirió Guillermo Villagra, socio de la firma que elaboró el informe.
Según dijo, “hoy el dueño del campo no corre riesgos, ya que cobra independientemente de los rendimientos (del productor)”, sobre todo en un contexto de volatilidad en los precios de los granos.
Quien cobra también independientemente de los rendimientos del productor es el fisco, a través de las retenciones (derechos de exportación). Las retenciones al poroto de soja son actualmente del 35%
Según los productores, es un mal impuesto porque se lleva un porcentaje del precio sin discriminar si quien paga tiene beneficios. Grava a todos los productores por igual sin importar su ingreso y patrimonio.
Proponen por tanto ir a un sistema progresivo, como el impuesto a las Ganancias, por el cual quien más gana más paga. Como sea, la economía argentina se ha vuelto sojadependiente.
Los 23.500 millones de dólares que ingresan a la Argentina por los productos del complejo sojero son determinantes para la salud de las cuentas fiscales, la balanza comercial y el tipo de cambio.
En sólo quince años la producción se triplicó, lo que convierte al país en el tercer productor mundial. Aunque el valor de la soja ha perdido casi un 20% por la crisis global, se cree que el poroto tiene asegurado un excelente precio para los próximos años por el cambio de dieta de millones de asiáticos.