CASO LLARRAZ.
MAS DE 50 PERSONAS A DECLARAR.
Unas 50 personas serán citadas a declarar en los próximos días por el juez de Instrucción Alejandro Grippo, quien tiene a su cargo la investigación contra el cura Justo José Ilarraz, denunciado por abusar sexualmente de 50 menores que iniciaban la carrera religiosa en el Seminario Menor de Paraná.
Entre los que tendrán que comparecer ante el magistrado por los hechos acontecidos entre 1984 y 1992 son sacerdotes, exseminaristas y víctimas, además de algunos familiares de las personas abusadas.
Fuentes consultadas indicaron que los querellantes Marcos Rodríguez Allende y Walter Rolandelli estarían aportando los nombres de víctimas que son desconocidos hasta el momentos. También, entregarían al juez Grippo elementos valiosos para que este los evalúe. Por otra parte, el abogado defensor del sacerdote, Juan Ángel Fornerón, aclaró ayer que todavía no tuvo acceso al expediente. Además reiteró lo que dijo el viernes: “No sabemos cuáles son los hechos que supuestamente habrían motivado el requerimiento fiscal. Tampoco tenemos conocimiento de la carátula, por lo que estamos a la espera”, y añadió que Ilarraz es inocente.
A su vez, el fiscal Rafael Cotorruelo ratificó que en la causa caratulada como Corrupción de menores agravada que se le sigue al cura Ilarraz, hasta el momento hubo dos presentaciones concretas de presuntas víctimas. También, Cotorruelo explicó que por ahora se desconoce cuándo será llamado a indagatoria el sacerdote.
La causa del silencio
Durante años el caso se mantuvo oculto. A pesar del pedido de los sacerdotes a las autoridades eclesiásticas entrerrianas (Esteban Karlic, Mario Maulión y Juan Alberto Puiggari) de denunciar los abusos ante la Justicia Civil, estas hicieron oídos sordos. Tras el juicio diocesano el cura paranaense Ilarraz llegó a Tucumán en 1995, luego de un paso por el Vaticano.
En el Jardín de la República ejerció el sacerdocio durante los últimos siete años en la iglesia del barrio Ñuñorco, en Monteros. Pero la confianza de los fieles de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús se hizo añicos hace dos semanas, cuando se conoció que el cura fue denunciado por la Revista Análisis de abusar de niños de entre 12 y 14 años que estudiaban en el Seminario de Paraná entre 1984 y 1992. La denuncia periodística y confirmada por la Iglesia de Paraná trajo preocupación en los tucumanos, ya que Ilarraz trabajó con niños en esa ciudad.
Las historias reveladas
En las últimas semanas no solo se conocieron los aberrantes hechos que sucedían puertas adentro del seminario de Paraná durante la década del 80, sino también los abusos que sufrieron otros sacerdotes como Ilarraz en la década del 60.
En la reunión convocado por Puiggari en Mariápolis, un sacerdote confirmó que el cura Ilarraz fue violado cuando era un niño.
En esa época, Mariápolis era una casa vieja, con curas y monjas, y estaba considerado el preseminario, al que acudían niños de 10 y 11 años. Luego, pasaban al Seminario Menor de Paraná. El lugar tenía un director, pero dependía del arzobispo Adolfo Servando Tortolo, quien estaba en pleno apogeo y ya con buenas relaciones con el general Juan Carlos Onganía -que conducía el país cruzado por el poder militar- y el gobernador entrerriano, brigadier Ricardo Favre.
Monseñor Jorge Lozano dijo sentir dolor, vergüenza e indignación por el caso Ilarraz
El arzobispo de Gualeguaychú y titular de la Pastoral Social del Episcopado Argentino, monseñor Jorge Eduardo Lozano, dijo que el caso del cura Justo Ilarraz, acusado por abusos a seminaristas de Paraná, le provocó “dolor, vergüenza e indignación, como así también algo de sorpresa”.
El prelado consideró también que esta situación quizás lleve “a rever” los procesos educativos en algunos seminarios y reveló que “en los últimos días” habló de la conmoción pública que existió en ámbitos eclesiásticos a partir de la difusión de los hechos con el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Puiggari. En cuanto a los efectos que causan este tipo de hechos, Lozano contó a Análisis que “internamente esto es un llamado de atención y siempre son incentivos para la purificación, conversión y un llamado también a la responsabilidad”. Por su parte, el obispo de la Diócesis de Concordia, monseñor Luis Armando Collazuol, eludió referirse al caso del sacerdote Justo Ilarraz. “Prefiero no dar declaraciones porque es un tema que no manejo y no estoy al tanto”, explicó el obispo de Concordia.