DIAS DE CLASE.
BUSCAN ALCANZAR LOS 190 DIAS DE CLASE.
Entre Ríos se propuso en 2012 el objetivo de alcanzar los 190 días de clases, aunque casi al final del año escolar –efectivamente concluye el próximo 14 de diciembre—la cuenta da que habrá sólo 185 días. En medio, se colaron los cinco días de paro de los docentes, y los feriados puente.
No obstante, en 2013 el Consejo General de Educación (CGE) procurará que los alumnos alcancen a contar con 190 días de clases, y por eso la vuelta al aula el próximo año será el 25 de febrero y se extenderá hasta el 13 de diciembre, según establece el calendario escolar fijado a través de la resolución. Nº 3.810, del 9 del actual.
En 2011 la cantidad de días de clase establecidos por Educación fue sensiblemente menor. Ese año las clases comenzaron el 28 de febrero y se extendieron hasta el 2 de diciembre.
La provincia, en realidad, sigue el acuerdo que rubricaron este mes los responsables de las carteras educativas de todo el país en el seno del Consejo Federal de Cultura y Educación. Los ministros de Educación de todo el país acordaron iniciar el ciclo lectivo el 25 de febrero y alcanzar un calendario de 190 días de clases en 2013.
OBJETIVO. Graciela Bar, titular del Consejo de Educación, admitió que nunca antes la vuelta a clases se había dado con tanta anticipación –en 2012 se dio el 27 de febrero--, aunque a la vez resaltó que el sistema escolar “deberá ir acostumbrándose” a contar con más días de actividad en las aulas.
“El objetivo debe ser llegar a los 200 días de clases, como ya se da en los países vecinos como Chile, Uruguay y Brasil. Si bien en Entre Ríos hay actividades extraescolares durante todo el receso, con las escuelas de verano y las actividades que organizan los centros de educación física y los polideportivos municipales, lo ideal es ampliar los días en el aula”, apuntó Bar.
—¿En qué plazo podría darse ese cambio y llegar a los 200 días de clases en las escuelas?
—Imagino que es un plan a largo plazo, de cinco a 10 años. Debe ser un proceso gradual de ampliación de la cantidad de días de clases, y seguir el ejemplo de los países limítrofes. Hay quienes se oponen a esto, y sostienen que por las altas temperaturas de verano es imposible dar más días de clases en las escuelas. Pero pienso en la realidad de Brasil, que también tiene altas temperaturas. Es verdad que ellos tienen otro tipo de educación, más ligado a la educación no formal. Además, tienen estructurado el sistema en tres niveles, municipal, estadal y nacional. Pero más allá de todo eso, la tendencia es llegar a los 200 días de clases. Quizá no sea necesario contar con un sistema igual para todo el año, y pensar otro tipo de formato para enero y febrero.
ÍNDICES. El próximo año el sistema educativo provincial incorporará un cambio: las autoridades educativas dispusieron considerar a los dos primeros grados de la primaria –primero y segundo— como una unidad educativa, y no en forma separada. Así, ya no habrá calificaciones para los alumnos de primer grado y para los de segundo grado, sino una única calificación final.
Esa transformación apunta a mejorar los rendimientos y bajar el alto índice de repitencia en los primeros grados. Una situación parecida a lo que ocurre en la secundaria, donde además se suman otros síntomas del fracaso: el abandono y la no promoción.
De igual modo, la titular de Educación se muestra “conforme” con lo hecho a lo largo de 2012 en política educativa. “Hemos visto logros en distintos niveles. Hay experiencias muy buenas que se están desarrollando en las escuelas. Obviamente cada escuela tiene sus buenos maestros, y otros cuentan con maestros menos profesionales. Pero en general hay que decir que la educación entrerriana ha venido mejorando, los docentes se han ido formando, capacitando, y todo ha ido mejorando”, apuntó.
En ese sentido, resaltó que se han “mejorado” los “índices duros” de fracaso, como los índices de repitencia, abandono y analfabetismo. “Pero hay que seguir profundizando los cambios, sobre todo en el nivel secundario, para tener menos alumnos que rinden, que repiten o que abandonan”, aseveró.
—También tienen el problema del ausentismo docente.
—Es un problema al que no podemos darle solución, a pesar de que hace años venimos trabajando en ese tema. Se mantienen muy elevados los índices de ausentismo docente. Y no se trata sólo de un costo financiero para el sistema; hay también un costo pedagógico, porque el alumno cambia de docente a mitad de año. Encima, en el nivel secundario se nos suma otro problema, y es el hecho de que el docente últimamente está cambiando mucho las horas cátedra, bien porque quiere trabajar con alumnos menos complicados o porque quiere concentrar horas en una misma escuela. No hay ningún impedimento para eso, pero va en detrimento del alumno.