LARROQUE.
ANTICORRUPCION INVESTIGA UN HECHO.
La cita es del Preámbulo de la Convención Interamericana contra la Corrupción.
En ese mismo organismo se está sustanciando una causa contra la concejal del Frente para la Victoria de Larroque, Valeria Gette, por incompatibilidad en la función pública.
Gette además de haber sido designada como jefa del Registro Civil de Larroque –en contra del dictamen del secretario de Justicia, Rubén Virué-, al menos se le tiene probado que durante tres años cobró su sueldo como docente a pesar de tener una licencia por enfermedad, es concejal y además como ella misma lo ha admitido públicamente, le ha facturado a la Municipalidad a cargo del intendente Raúl Riganti prestando servicios en la Oficina de Proyectos. ¿Cómo una concejal le facturó al Municipio del que es parte y encima integra el oficialismo? ¿El intendente no se dio cuenta? ¿Y el Tribunal de Cuentas de la Provincia? ¿Y la Oficina Anticorrupción? ¿Y la Justicia? ¿A nadie le ha preocupado?
Es decir, Gette cobra cuatro sueldos del Estado. ¿Y los concejales de la oposición no tienen nada que decir que una colega haya facturado al municipio? ¿Y el rol de contralor? Todo a la deriva.
En la Oficina Anticorrupción de la provincia hay un expediente contra Valeria Gette, donde está probado que desde el 17 de mayo de 2009 hasta el 10 de mayo de 2012 cobró la licencia por enfermedad como docente en una escuela de Gualeguay. Pero esa enfermedad no le impidió ejercer su rol como concejal ni sus tareas en el Registro Civil de su pueblo.
La Secretaría de Justicia de la provincia dejó en su momento sin efecto la adscripción de la concejal al Registro Civil de Larroque, por entender que los cargos eran incompatibles. Sin embargo, el director del Registro Civil de la Provincia, Gervasio Labriola, la volvió a designar, sin importarle el daño que se le estaba propinando al Estado y al conjunto de la sociedad.
Valeria Gette, actual concejal, haber cobrado durante tres años el sueldo de docente con licencia por enfermedad, estar adscripta al Registro Civil de Larroque y encima haber facturado a la Municipalidad de esa localidad, por el momento no escandaliza a nadie en la provincia. Una vergüenza.
Eso no es todo. Está probado en la resolución de la Secretaría de Justicia, que Gette faltó 76 veces en un año en sus tareas al frente del Registro Civil de Larroque. Pero, parece que los padrinazgos políticos todo lo perdona. La impunidad en su máxima expresión.
Antecedentes
El intendente Raúl Riganti, la contrató primero a través de un contrato de locación de obra entre agosto y diciembre de 2010. A pesar de esa irregularidad, la contrata nuevamente bajo el régimen de locación de servicios de acuerdo al Decreto 1.101 fechado el 18 de abril del año pasado, por los servicios prestados desde el 1° de enero de 2011.
El 16 de julio de 2012, Gette se hizo cargo de la Jefatura del Registro Civil sin término fijo, por Resolución Nº 1.019 del director del Registro Civil de la Provincia, Gervasio Labriola.
Ese mismo lunes 16 de julio de 2012, como consecuencia de la designación de Gette, dos empleadas se encadenaron en las puertas del organismo.
La delegada de la Unión Personal Civil de la Nación (Upcn), Mariela Benítez, señaló que “hace mucho tiempo que estamos luchando porque en el lugar de la compañera de planta, Claudia Gómez, nombraron, con apoyo del intendente de Larroque, a una concejal del Frente para la Victoria (por Valeria Gette). Estamos denunciando abuso de poder y un acto de corrupción”, sentenció.
Por su parte, la afectada –Claudia Gómez, que es empleada de planta del Registro Civil- denuncia violencia laboral, abuso de poder con los trabajadores y otros maltratos incompatibles con un Estado de Derecho. Sin embargo, el director provincial del Registro Civil, Gervasio Labriola, no se ha dado por enterado.
¿Alguien en la provincia será capaz de interpretar el Preámbulo de la Convención Interamericana contra la Corrupción cuando señala que “el combate contra la corrupción fortalece las instituciones democráticas, evita distorsiones de la economía, vicios en la gestión pública y el deterioro de la moral social”? Lamentablemente, el interrogante hoy por hoy queda sin respuesta y hay que rezar para que los tiempos de la Oficina Anticorrupción no sean eternos.