LE DESFIGURARON LA CARA.
GUALEGUAYCHU VICTIMA DE ROBO LO GOLPEARON.
Este es mi novio”, así comenzó la denuncia pública de Annabela en Facebook, que mostraba con indignación e impotencia la imagen de cómo había quedado el rostro de Danilo, de 25 años, luego de haber sido víctima de un robo y una feroz golpiza a manos de cuatro delincuentes.
El hecho ocurrió el domingo por la madrugada. Danilo salió a las 4.30 del pub Katmandú con dirección al boliche Alfonsina, a donde estaba esperándolo Annabela. Caminaba solo por Alem y al llegar a la esquina de Andrade observó la presencia de cuatro jóvenes de entre 20 y 25 años que estaban en ronda, hablando entre ellos.
“En ningún momento pensé o sospeché que me fueran a robar”, contó Danilo. Nunca se imaginó lo que le iba a ocurrir en ese encuentro. Uno de los delincuentes se le acercó con la clásica excusa de pedirle un cigarrillo y cuando la víctima le dijo que no tenía, sin mediar otra palabra, le pegó una trompada que lo desorientó.
“Ahí mismo se acercaron los otros tres y comenzaron a pegarme patadas y trompadas”, relató Danilo aunque son pocas las precisiones que pudo brindar porque debido a los golpes estaba muy aturdido y lo único que pudo hacer fue tirarse al piso para cubrirse.
Mientras tres personas le pegaban, uno le revisó los bolsillos del pantalón, sacándole sus pertenencias. “Me robaron la billetera, la tarjeta de débito, el carnet de la obra social, el DNI, 300 pesos, incluso se llevaron la llave de mi casa, pero creo que fue al boleo, la deben haber tirado por ahí”, contó el joven y sorprendió que los delincuentes no le llevaron el celular, “por cómo estaba tirado, creo que no me lo encontró”.
Es que todo fue muy rápido. La intención era aturdirlo a golpes y que no opusiera resistencia. Una vez que consiguieron su botín, escaparon corriendo en dirección a calle Del Valle.
Danilo no se quedó tirado lamentándose por lo ocurrido. Se levantó y comenzó a correr en la misma dirección que los delincuentes, pero él aseguró que lo hizo sin darse cuenta, porque no los perseguía. Su intención fue la de pedir ayuda en el boliche Akua, ubicado en calle Del Valle.
“No sé por qué fui a ese lugar porque cuando llegué no sabía a qué había ido”, manifestó Danilo tratando de explicar su conducta luego de la agresión. “Cuando recapacité fui hasta Alfonsina (en calle 25 de Mayo y María Luisa Guerra) a buscar a mi novia”, agregó.
La imagen que vio Annabella no era la mejor porque su novio estaba sangrando mucho a causa de los cortes en la nariz y en los pómulos. Ambos, inmediatamente, fueron a radicar la denuncia en la Jefatura Departamental. Debió esperar 10 minutos a que lo atendieran y le tomaron una declaración.
Luego del testimonio a la Policía, fue llevado al Hospital Centenario para las curaciones, donde le recomendaron hielo para desinflamar los golpes. Mientras, un patrullero salió de recorrida para localizar a los agresores, sin tener resultados positivos.