EVITAR EL GOLPE DE CALOR.
CONSEJOS POR LAS ALTAS TEMPERATURAS.
El organismo humano tiene la capacidad de mantener constante la
temperatura corporal, incluso en presencia de variaciones
ambientales.
Sin embargo, a medida que envejecemos se producen cambios en la
termorregulación y en la percepción de la temperatura por algunos
de estos motivos:
1) La piel se adelgaza y se desnaturalizan los receptores
cutáneos de la temperatura, por lo que los ancianos pueden tener
dificultad para percibir con certeza si tienen frío o calor.
2) Experimentalmente, se ha demostrado que con el
envejecimiento, se presentan déficits de adaptación a las
temperaturas externas, por lo cual en épocas de altas
temperaturas, las posibilidades de sufrir un "golpe de calor" son
muy altas.
3) La cantidad de agua corporal disminuye a edades avanzadas.
4) También disminuye la capacidad de retención de orina, razón
por la cual muchos adultos mayores no quieren tomar agua.
5) Algunos antihipertensivos que suelen tomar los adultos
mayores podrían aumentar el riesgo de deshidratación.
En el golpe de calor, la temperatura corporal se eleva por
encima de los 40 grados, el pulso se acelera, y pueden producirse
cambios en el estado de conciencia (somnolencia), la sudoración
cesa y la piel se observa seca, caliente y enrojecida.
Otras manifestaciones a tener en cuenta son dolor de cabeza,
sensación de fatiga y sed intensa, náuseas, vómitos y/o calambres
musculares.
Por su parte, en la deshidratación hay confusión, se seca la
boca o se torna pegajosa, baja la presión arterial y puede
aparecer irritabilidad, sudoración excesiva, respiración agitada,
pulso débil pero rápido, vértigo, calambres, cefalea, entre otros
síntomas.
Frente a estos síntomas, lo ideal es concurrir rápidamente a la
consulta médica en el centro de salud más cercano.
"En Hirsch, Centro de Excelencia para Adultos Mayores y
Rehabilitación, los residentes tienen atención permanente las 24
horas del día y se previenen los golpes de calor y la
deshidratación mediante la hidratación continua y la refrigeración
de los ambientes. Pero son millones los ancianos que viven solos,
o que no tienen cuidadores permanentes, por lo cual es muy
importante que ellos mismos o sus familiares tomen las
precauciones necesarias", apunta el Dr. Schapira, director médico
de ese establecimiento de San Miguel.
Sin embargo, si hubiera un caso de urgencia, si una persona
siente mareos o se desvanece hay que acostarla en un lugar fresco,
bajo techo.
Se debe ofrecer líquido abundante a efectos de rehidratar, pero
nunca infusiones calientes ni muy dulces. Un chorro de agua en las
muñecas proporciona alivio.
Si la temperatura corporal aumenta, hay que sacar la ropa de la
persona afectada, pasar una esponja mojada por la cara, y, en lo
posible, dar un baño con agua fría.
También es útil utilizar paños fríos y bolsas de hielo en la
cabeza.
Para evitar los efectos del intenso calor se recomienda:
- En la medida de lo posible, tener siempre una botellita de
agua a mano.
- Tomar duchas o baños frescos (no helados).
- Evitar las multitudes.
- Usar ropa que le quede suelta, de algodón que permita la
transpiración (las fibras acrílicas dificultan la transpiración y
retienen más calor) y de colores claros.
- Protegerse del sol poniéndose un sombrero o usando una sombrilla.
- Usar cremas de protección solar, factor 15 o más.
- Tomar bastante agua antes de comenzar cualquier actividad al
aire libre. Beba agua adicional y/o jugos de frutas durante todo
el día.
- Evitar el uso de bebidas alcohólicas, aquellas especialmente
dulces y las infusiones calientes.
- Evitar comidas muy abundantes; ingerir verduras y frutas.
- Programar sus actividades al aire libre para horas no muy
calurosas; como antes de las 10 o después de las 18 horas.
- Evitar juegos en espacios cerrados sin ventilación y lugares
de extremo calor.
- Tener en cuenta que si se padece patología respiratoria o
cardíaca, hipertensión arterial, diabetes, obesidad o enfermedades
crónicas, los riesgos se multiplican.