ANIVERSARIO 157 DE SAN JOSE.
SE CONMEMORA LA FUNDACION DE LA CIUDAD DE SAN JOSE.
Orígenes de la Colonia San José
La Colonia San José fue la primera colonia agrícola en la Provincia de Entre Ríos y la segunda en el orden nacional, que al calor del espíritu visionario del General Justo José de Urquiza, fundaron el 2 de julio de 1857, quinientos treinta inmigrantes europeos. Ellos plantaron el primer mojón y son los acreedores de toda la gloria de los pioneros.
Eran tiempos del Gobierno de la Confederación Argentina con su capital funcionando en Paraná. Urquiza asumió el compromiso de organizar por su cuenta la instalación de la nueva colonia.
El grupo de inmigrantes había llegado a Argentina para instalarse en la provincia de Corrientes, pero su contrato fue desconocido por el gobierno y fueron ubicados en el Ibicuy, al sur de la provincia de Entre Ríos, una planicie inundable y llena de pantanos.
Para salvar la situación, el general Justo José de Urquiza, en ese momento Presidente de la Confederación Argentina (1854-1860), resolvió ubicarlos en sus campos, cerca de su residencia (el Palacio San José) y asumir la empresa como un particular.
Al contingente inicial lo formaban 104 jefes de familia, a las que se agregaron doce expediciones más hasta 1861. Procedían del cantón de Valais (Suiza) y de Saboya (Francia). Más tarde llegó un grupo del Piamonte (Italia).
El primer contingente llegó a la calera de Espiro el 2 de julio de 1857. Para protegerse del frío, algunos de los recién llegados se ubicaron en un galpón donde se depositaba cal, otros improvisaron abrigos debajo de los árboles, con hierbas y ramas, otros formaron carpas con sábanas, amontonando baúles y. cajones unos sobre otros en medio del espeso bosque de espinillos, ñandubays y talas que cubrían la costa del Río Uruguay.
El encargado de delinear la flamante Colonia San José fue el agrimensor, arquitecto y militar francés, Carlos Sourigues. En tanto que la administración fue encomendada a Alejo Peyret, un publicista e intelectual francés de grandes méritos a quién se le debe en gran medida el éxito de la Colonia.
La llegada de un médico cirujano (el doctor Juan José Bastian) con el primer contingente destinado a San José fue un acontecimiento excepcional en la historia de la colonia, ya que la presencia de estos profesionales no era habitual en los conjuntos colonizadores iniciales.
Terminada la mensura, en la que colaboran los propios colonos, el 2 de agosto entraron en posesión de los terrenos asignados.
Según los contratos, a cada familia le correspondían "16 cuadras cuadradas (unas 30 hectáreas), 4 bueyes, 2 caballos, 2 vacas, madera, leña, un adelanto de cien pesos bolivianos y la manutención durante un año".
La ley estipulaba que, reembolsados los gastos al cabo de cuatro años, los colonos quedaban dueños de sus lotes y, además, se establecía que le pertenecían por entero todos los productos o beneficios de su trabajo.
Hablan francés, alemán e italiano. Unos eran católicos, otros, protestantes. Orientados por un consejo municipal de origen popular estos inmigrantes introdujeron rectas normas de convivencia dentro de un sano espíritu democrático. Se les prohibió la venta de bebidas alcohólicas y se les impuso la contribución del trabajo personal en obras públicas. Ensayaron el sufragio secreto por primera vez en nuestro país.
Sembraron trigo, maíz, algodón, tabaco y maní. Plantaron frutales. Elaboraron aceite, harina y miel. Más adelante produjeron buenos vinos y se orientaron a la avicultura. Utilizaron en su momento modernas máquinas de segar y de trillar.
En épocas más recientes se dedicaron al cultivo del arroz, de los cítricos y del olivo.
Fueron duros años de trabajo en la soledad de las cuchillas entrerrianas.
En 1862, fundada por ley la villa de Colón, se dotó a la colonia "San José" del puerto natural de salida de todos sus productos.
Mientras esperaban el fruto de las cosechas, los colonos se distraían sencillamente. La caza era abundante en el campo donde los ñandúes y los venados pastoreaban fraternalmente con las vacas y las yeguas. Los carpinchos y las nutrias pululaban en los arroyos, los patos en las lagunas, las perdices en los pajonales, bandadas de palomas y de cotorras oscurecían el cielo, sin contar los tordos, los teros, los flamencos, las bandurrias y un sinnúmero de otras aves, de modo que los colonos, todos buenos tiradores, tenían cómo divertirse y añadir manjares suculentos a la ración de carne que se les distribuía.
La vida familiar se organizó en torno de las actividades de la chacra y del ámbito doméstico. Además de las tareas agrícolas asignadas de acuerdo con el sexo y la edad, las familias compartían un conjunto de ritos propios del trabajo y las tradiciones del lugar de origen, en su mayoría relacionados con prácticas alimentarias.
Entre las formas de socialización cabe destacar los bailes, festejos y encuentros sociales amenizados por cantantes y bandas de música