DIA MUNDIAL DEL CORAZON.
CUIDADOS DEL ORGANO MAS IMPORTANTE.
Por año, 42.000 argentinos sufren un infarto. Es decir, padecen la muerte de células del músculo del corazón porque alguna arteria está obstruida e impide que llegue sangre. Este problema puede tratarse con fármacos específicos o una intervención con angioplastia. Sin embargo, 3 de cada 10 de los que sufren un infarto no reconocen los síntomas a tiempo o no acceden a ser atendidos de manera rápida y adecuada en los centros hospitalarios. Se estima que más de 15.500 infartados mueren anualmente.
Los datos forman parte de las estadísticas y las estimaciones del Ministerio de Salud de la Nación, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Federación Argentina de Cardiología. Sin embargo, tienen sus limitaciones: tanto los números de casos de infartos por año como los de mortalidad podrían ser mayores ya que hay afectados que mueren y no llegan a ser registrados en el sistema de salud. Para tener un panorama más preciso, se empezó a desarrollar un estudio del infarto agudo, en el marco de un registro nacional permanente de enfermedades cardiovasculares para el monitoreo de políticas públicas, entre la cartera de Salud del Gobierno y las dos entidades cardiológicas.
"Muchas de las muertes por infartos son prevenibles. Las personas pueden hacer mucho para controlar los factores de riesgo, como la hipertensión o el colesterol malo alto, consumir frutas y verdura, y evitar el sedentarismo y el tabaquismo. Pero también hay mucho por hacer en la detección temprana de los síntomas y en la atención médica oportuna y adecuada", dijo a Clarín el presidente de la SAC, Guillermo Fábregues.
"Sabemos que muchos de los pacientes que sí identifican los síntomas concurren a la consulta pero no acceden a la atención médica y al tratamiento adecuado. Y se pierde la oportunidad de recibir el tratamiento dentro de las primeras seis horas desde el inicio de los síntomas", agregó Jorge Belardi, quien es presidente del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) y director ejecutivo de la iniciativa "Stent for life" (en español, Stent para la vida), que se lanzó este año a nivel local para descubrir cuáles son las barreras que impiden que los pacientes accedan al tratamiento oportuno. En la iniciativa también participan la Federación Argentina de Cardiología y el Colegio de Cardioangiólogos Intervencionistas. También se está llevando a cabo en otros 19 países, incluidos España, Francia, India y México.
Una de las primeras barreras es la falta de conocimiento de los síntomas. Los síntomas clásicos son la opresión o dolor en el centro del pecho con irradiación hacia la mandíbula y hacia ambos brazos. Puede ir acompañada por la sensación de falta de aire, náuseas, sudoración e incluso vómitos. Puede afectar tanto a hombres como a mujeres. "Pero en el caso de las mujeres se presenta 10 años más tarde en promedio y suelen tener síntomas como molestias inespecíficas, dolor de espalda, dolor en el pecho más leve, y falta de aire, que hacen que ellas no puedan identificar al infarto a tiempo", advirtió la médica cardióloga Alfonsina Candiello, coordinadora de la iniciativa "Stent for life".
Cuando los pacientes llegan con los síntomas de infarto, su situación debe ser atendida en el centro de salud como "una verdadera emergencia cardiovascular y exige que el sistema de salud trabaje de manera organizada y coordinada para brindar un tratamiento a tiempo al paciente", resaltó Belardi. A cada paciente le deben hacer un electrocardiograma y si se detecta una alteración específica, el médico debe practicar una angioplastia inmediatamente para abrirle la arteria obstruida. Si ese centro no tiene capacidad para hacer la intervención, el paciente debería ser derivado a un hospital que sí puede hacer la angioplastia o indicarle medicamentos trombolíticos.
"Los fármacos trombolítico tienen más efectos adversos que la angioplastia, pero es mejor que los pacientes accedan a esos medicamentos antes que no reciban nada y pierdan la vida", señaló la cardióloga Candiello. Con todo, se espera bajar la mortalidad cardiovascular en la Argentina en un 25% para 2025.
Cuidados, alimentación y hábitos saludables
El corazón es el epicentro de la sensibilidad, el origen de la fuerza vital y el motor principal de nuestro cuerpo. Tal como explica la health coach, Rocío Río de la Loza, su acción proporciona la fuerza requerida para que la sangre, que equivale a alrededor del 7% de nuestro peso corporal, circule a través de las arterias y venas de nuestro organismo,
De promedio, el corazón humano late 80 veces por minuto. Como una máquina perfecta, este increíble músculo bombea rítmicamente (incluso antes de nuestro nacimiento) la sangre oxigenada del corazón a los tejidos. De esta manera, los nutrientes llegan a todas las células para que puedan realizar sus funciones. Una vez extraídos los nutrientes, las venas transportan de vuelta la sangre al corazón. A este circuito cerrado compuesto del corazón y los vasos sanguíneos se le llama sistema cardiovascular.
Las cardiopatías más comunes tienen que ver con la obstrucción de las arterias o venas, la alteración del ritmo cardiaco y la presión con la que viaja la sangre, o una lesión que afecta directamente al músculo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo.
Sin embargo, la mayoría de los padecimientos pueden prevenirse realizando sencillos cambios en la dieta y llevando un estilo de vida saludable.
- Una dieta alta en fibra, que provenga de verduras, frutas y granos enteros.
- Realizando actividad física regular.
- Evitando fumar y beber alcohol.
- Manteniendo un peso adecuado.
- Utilizando técnicas para reducir el estrés.
- Evadiendo grasas saturadas y grasas trans.
- Moderando la ingesta de sal.
Una dieta cardiosaludable reduce el riesgo de un infarto en un 80%. Esta consiste principalmente en consumir abundantes frutas y verduras, granos enteros, pescados, carnes magras (pocas) y grasas provenientes de semillas, nueces, aceite de oliva y aguacate.
Un "arma" secreta: consumir granos enteros
Los granos enteros, como el arroz integral, el trigo y el maíz, son el arma secreta para mantener la salud cardiovascular ya que: disminuyen los triglicéridos y el colesterol, reducen la presión arterial, regulan los niveles del azúcar en la sangre, ayudan a mantener el peso ideal, combaten el estrés, previenen la diabetes y evitan la adiposidad abdominal.
La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) recomienda consumir seis porciones de granos enteros al día. Así que lo mejor es incluirlos en la dieta habitual eligiendo productos a base de granos enteros como: harina de trigo integral, pan integral o multigrano, cereal de desayuno de granos enteros (con cinco gramos de fibra por porción), pasta integral o de granos enteros, tortillas de maíz o de granos enteros, tostadas de maíz, barras de avena entera.
Por otro lado, un estudio publicado por la revista de la Asociación Estadounidense de Medicina JAMA identificó que la ingesta de granos enteros, independientemente de otras acciones de estilo de vida saludable, disminuyen el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares. De esta forma, sumar granos enteros a tu dieta es el primer paso para cuidar la salud del corazón.