En el terreno, ubicado en Rivadavia al Oeste, trabajaron durante varias horas personal especializado de Bomberos Voluntarios con el apoyo de personal policial, bajo las órdenes del Juzgado de Instrucción Nº3 que entiende en la causa, a cargo del doctor Sergio Carboni.El magistrado dispuso la realización de una autopsia, la que será realizada en la morgue judicial de Oro Verde, Departamento Paraná.El hallazgo estuvo a cargo de buzos tácticos de la Policía de Entre Ríos, con la colaboración de Bomberos Voluntarios.Dicha causa se había iniciado con la búsqueda de Juan Carlos Benávïdez, un indigente de 64 años que viviría junto a otras personas de manera muy precaria en este terreno. Con la información de que se habría originado una disputa en el lugar y que luego de esto, uno de los integrantes de esta pelea habría desaparecido, se comenzó a trabajar en la investigación de su paradero. La hipótesis más fuerte que se maneja, es que uno de los agresores le habría dado muerte y luego lo habría arrojado a este pozo, cuya profundidad supera los 25 metros y el que en algún momento habría formado parte de un molino que se encontraba en esta zona.En el mediodía de este miércoles, personal de Bomberos Voluntarios comenzó el descenso hacia el interior del pozo y cerca de las 16 horas debieron suspender la tarea ya que las herramientas que poseen para esto no les permiten llegar a más profundidad. La actividad ss reinició este jueves y culminó poco antes del mediodía.Fue  clave en el momento de la búsqueda el indicio que brindó el perro de la víctima, cuando se detuvo en olfatear en forma insistente restos de ropas que salían del pozo.Algunos vecinos del lugar manifestaron que “quizás ahora que ocurrió esto nos escuchen un poco más. Hace mucho tiempo que, junto al dueño del terreno, venimos planteando los problemas que se han generado con quienes viven allí, las peleas constantes entre ellos y las molestias a los vecinos. Necesitan asistencia de todo tipo, viven en condiciones deplorables y lo más preocupante es que muchas veces por las noches hemos visto menores, niñas muy mal vestidas y hasta con hambre que se cruzan a pedir para comer y no sabemos para que las traen a ese lugar. Hay dos hombres que viven siempre alli en esa especie de carpa que han armado, pero caras extrañas con mochilas van y vienen todo el tiempo y la verdad tenemos miedo”, dijeron.