25 de noviembre de 2011 |
AEROLINEAS. |
LA PRESIDENTA CARGO DURAMENTE CONTRA LOS PILOTOS.
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Llegó en helicóptero, acompañada únicamente por su secretario, Isidro Bounine. Esperó que las aspas dejen de moverse para salir. Lo hace para cuidar su peinado. La presidenta Cristina Kirchner subió entonces a una combi que la llevó apenas cincuenta metros hasta el hangar de Aerolíneas Argentinas (AR) en el que encabezó ayer un acto: defendió a la conducción de la empresa, liderada por Mariano Recalde, y criticó a los gremios de los trabajadores de la compañía, a los que acusó de ser los culpables de cometer “boicots encubiertos”. Dijo que abordar la confrontación con esos sindicatos “es una decisión política nacional”, y describió algunas acciones gremiales en AR como “un ejercicio de cinismo inadmisible”: “Quiero que reflexionen porque así no podemos seguir”. El motivo formal del acto fue celebrar la refacción de un viejo hangar, aunque el Gobierno le dio a esa acción un tono de gran inauguración. El discurso de Cristina duró alrededor de una hora y entremezcló la política con confesiones sobre su estado de ánimo. En otro momento pareció dar alguna señal respecto a sus intenciones de seguir o no en el Gobierno: “No soy eterna”. El sindicalismo fue el hilo conductor de toda su exposición. Al principio, por ejemplo, criticó a Mauricio Macri porque “uno escucha que no se pueden hacer cargo de un subte”. “Escucho ‘no puedo hacerme cargo del subte por esto, no puedo porque tengo tendinitis o colitis’... Y a mí se me murió el compañero de toda la vida. Yo tenía los dos hijos hechos pelota y salí a trabajar todos los días”. También agregó como elemento positivo que el subte “tiene un solo gremio”. La descripción fue coherente con su gestión, que niega el reconocimiento gremial a los “metrodelegados” que armaron un sindicato alternativo al de la UTA. En otro momento, Cristina fue muy dura con el secretario general de la CGT, Hugo Moyano. Fue cuando contó que se había enterado que un piloto de una aerolínea extranjera había dicho en un vuelo que “por culpa del estado argentino” no habían podido servir comida . “Sentí mucha vergüenza”, se enojó ella. La semana pasada, los camioneros de Moyano bloquearon la planta de la empresa de Gate Gourmet que abastece de catering a los aviones. En rigor, en el acto hubo dos discursos de la Presidenta. El primero se vio por una pantalla gigante. Fue el que ella mismo dio el 21 de julio del 2008, anunciando la estatización de la empresa. La mandataria contó que había querido que se pase para recordar en qué momento se estatizó la compañía: pocos días después del voto no positivo de Cobos, justo cuando estaba por comenzar la crisis financiera internacional: “Es complicado también conducir cualquier empresa con seis sindicatos”. Cristina estuvo acompañada por parte de su Gabinete, la conducción de AR y el gobernador riojano, Luis Beder Herrera. Ayer, solo uno de los gremios de Aerolíneas estuvo presente en el acto, la Asociación del Personal Aeronáutico (APA): hubo cánticos en contra del sindicato de los técnicos, de Ricardo Cirielli . A la entrada del lugar, sus afiliados debían anotar su legajo, así como si estuvieran fichando en su trabajo. En general celebraron a la mandataria, salvo cuando ella leyó los sueldos promedios que se pagan en Aerolíneas. Dijo que la gente de APA ganaba, promedio, 11500 pesos. La mayoría de los afiliados lo negó. Cristina no hizo ninguna autocrítica por el funcionamiento de Aerolíneas. Sólo apuntó a los gremios por los desmanejos. Defendió al presidente de la empresa, Recalde, amigo de su hijo, Máximo: “No lo puso el espíritu santo, lo puso esta Presidenta”.
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