Hace casi dos años, la ciudad de Ramírez se vio conmocionada por un violento episodio ocurrido a la salida de un boliche: un joven había muerto de una puñalada, y el detenido sospechoso de haberlo matado era su propio primo, entonces de 23 años. El caso llegó a juicio oral y público, donde ayer 14 testigos relataron diferentes momentos de aquella madrugada trágica, ante la presencia de familiares de la víctima, y complicaron al acusado.
La mortal agresión sacudió a los 10.000 habitantes de General Ramírez, la localidad del Departamento Diamante, más acostumbrados a la tranquilidad que a graves episodios de sangre. El 7 de febrero de 2010 todos hablaban de los Romero, dos primos que cruzaron unos golpes en un boliche y luego uno de ellos mató al otro. Nadie lo podría haber previsto, porque no se conocían importantes diferencias para semejante saldo. Sólo el consumo de alcohol y la noche pueden explicar un poco lo que ocurrió.