Los expertos llaman la atención sobre la agresividad de los rayos ultravioleta, para evitar las quemaduras solares y el cáncer de piel. El afán por tostarse la piel en el verano, con intenciones estéticas, puede tener un alto costo para la salud.
No sólo es una advertencia para todos aquellos que tienen una pasión muchas veces desmedida por el bronceado. Para aquellos que, imbuidos del mandato social de una piel a tono con la época estival, se someten a largas sesiones al sol.
Andar en bicicleta, jugar al fútbol en la cancha del barrio, asistir a los juegos de la plaza, o simplemente caminar, son también actividades al aire libre que pueden acarrear problemas, si uno no toma en cuenta los efectos de la radiación solar.
No se trata de dispararle al sol, porque el cuerpo se adapta a los cambios de estación, y en este caso es lógico que la piel se acomode a la mayor incidencia de la luz solar.
Por otro lado, hay una inevitable exposición asociada a determinados trabajos, sobre todo de índole físico, como albañilería y construcción, tareas rurales, vendedores ambulantes, guardavidas, entre otros.
De lo que se trata, en realidad, es de prevenir quemaduras y cáncer de la piel por una exposición excesiva al sol, en un contexto en que la radiación solar se ha vuelto más agresiva por cambios en la atmósfera.
Al respecto el médico dermatólogo, Eduardo Suárez, ha dicho que el sol “duele”, al graficar así su mayor impacto sobre los humanos. De hecho sostuvo que entre las 9 de la mañana y las 5 de la tarde, la piel está expuesta a rayos verticales, contra los cuales urge protegerse.
Por cierto que hay biologías que toleran más que otra los rayos ultravioletas. Las personas de piel oscura tienen más protección frente a la radiación solar (ultravioleta) que las de piel blanca.
Quienes deben extremar sobre todos los cuidados son los “rubios, blancos, de ojos celestes, pecosos, pelirrojos; ellos deben cubrir su piel con un filtro solar o una remera y usar sombreros, gorros, y en la cara colocarse un filtro”, recomendó el médico local.
Un dato llamativo es que la exposición solar es acumulativa. “La piel tiene memoria”, refirió Suárez al destacar el hecho de que “los efectos del sol se van sumando año a año”.
En orden a tomar cuidados simples y de probada efectividad para proteger la salud de la piel, no sólo hay que tener en cuenta a qué hora el sol se pone más intratable.
Los médicos recomiendan la utilización de protectores solares probados. Suárez expresó la necesidad de contar con cremas o filtros solares de laboratorios reconocidos.
Como sea, se trata de elementos que “protegen dos horas y media aproximadamente”, aclaró. Lo conveniente, para elegir el mejor protector solar, es consultar a un dermatólogo.
Los expertos aclaran, además, que las nubes permiten el paso de la radiación UV, mientras que la arena, el agua y la nieve reflejan los rayos y potencian su acción.
Por otro lado, recomiendan controlar las manchas o lesiones sospechosas en el cuerpo y hacer la consulta médica pertinente. Esto permite realizar un diagnóstico a tiempo.
La consecuencia más grave de la fotoexposición es la aparición de tumores cutáneos, o el melanoma, que aparece como si fuera un lunar que cambia de forma, tamaño y color.
Entre los consejos útiles, se menciona la importancia de que cualquiera sea la actividad al aire libre que se haga, siempre hay que estar protegidos de los rayos solares.
Por otro lado, son claves la prevención y el cambio de ciertos hábitos de exposición al sol, que ha veces están muy arraigados en la cultura local.