Hace un año, la noticia sorprendió: la Fuerza Aérea armaba una comisión para investigar los casos de ovnis en el cielo argentino. Hasta hoy, ese organismo recibió 102 denuncias. La mayoría no prosperó, pero otros 23 casos ya están en una segunda etapa de investigación. Y aunque los responsables de la comisión no quieren dar detalles porque se trata, dicen, de “información confidencial”, dejaron abiertas las chances de que alguno de ellos sea positivo. Los ufólogos, sin embargo, dudan de que esa confirmación llegue en algún momento.
La Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales (CEFAE) comenzó a trabajar en abril de 2011, aunque se oficializó el 6 de mayo. Desde entonces, el organismo de la Fuerza Aérea recibió 102 denuncias de fenómenos extraños. 79 fueron confusiones ópticas o malas interpretaciones de sucesos explicables, e incluso intentos de fraude, con fotos adulteradas. Pero otras 23 investigaciones siguen su curso. Una de ellas fue una extraña luz rojiza que vio a la altura de Comodoro Rivadavia un piloto de un vuelo charter que iba de Aeroparque a Puerto Madryn.
“El objetivo es reunir información para aclarar los datos científicos”, explica el comodoro Guillermo Oscar Aloi, licenciado en Informática y desde hace menos de un mes jefe de la comisión. “No queremos generar falsas expectativas”, previene el capitán Mariano Mohaupt, miembro de la CEFAE.
Hasta ahora, la comisión no sale a la caza de lo inexplicable, sino que se concentra en las denuncias que recibe en la web de la Fuerza Aérea o en el edificio Cóndor. El primer filtro es un cuestionario de más de 30 puntos que cada interesado debe contestar. Luego, con las respuestas, se aplican dos sistemas de medición que suman puntos según la extrañeza del hecho (entre otros factores, luminosidad y movimiento) y la credibilidad del testigo.
Del puntaje final, depende que el caso continúe o se descarte.
Si avanza, se consulta a los meteorólogos, ingenieros aeronáuticos, técnicos en radar y en posicionamiento satelital que forman parte del organismo, entre otros expertos. Se busca reconstruir qué ocurrió y de esos informes dependen las conclusiones.
Pero en el mundo de la ufología, las opiniones están divididas. Mientras algunos investigadores creen que la comisión le dará institucionalidad a su trabajo, otros no ocultan fuertes críticas. “Nosotros contabilizamos 250 hechos el año pasado y la CEFAE no investigó ni opinó sobre ninguno. Las Fuerzas Armadas crearon equipos para el tema ovni desde el ‘62, pero jamás aclararon nada”, dispara Luis Burgos, titular de la Fundación Argentina de Ovnilogía de La Plata –que busca evidencias desde hace más de tres décadas– y coordinador de la Red Argentina de Investigación Ovni. Adrián Nicala, un ufólogo joven que dio a conocer la ola de avistajes en el oeste, coincide: “No hay voluntad de desclasificar archivos. Cualquier ovnílogo con ímpetu logra más que una comisión oficial”.
Ante esas quejas, la Fuerza Aérea elige la prudencia. “Buscamos un perfil técnico, no queremos participar en polémicas”, señala Mohaupt. Aloi precisa: “La CEFAE cuenta con 21 profesionales especializados y con la posibilidad de consultar a otros organismos del Estado. Eso es muy valioso y las puertas están abiertas para cualquier caso que nos acerquen”.
Uno de los cinco civiles que colaboran con la comisión, el investigador ovni de La Plata Carlos Ferguson, advierte: “Que aún no haya un caso sin explicación tiene que ver con que los casos fuertes no abundan. Pero cada dos o tres años aparecen hechos que resisten todas las pruebas”.
Una explosión en el Sur y objetos raros en el Oeste
La explosión en una casa de Monte Grande que dejó un muerto y 9 heridos en la madrugada del lunes 26 de septiembre de 2011 fue uno de los ejes del último año en el mundo de la investigación ovni. En aquel momento, la flamante CEFAE fue convocada por la UFI Nº 6 de Lomas de Zamora a colaborar en la recolección de datos. Y si bien la causa judicial apuntó a una acumulación de gas como motivo del estallido, colaboradores de la comisión le explicaron a Clarín que los dos técnicos que recogieron testimonios en el lugar encontraron alegatos creíbles de personas que decían haber visto algo que cayó del cielo y que derivó en dos fogonazos de luz en la zona. El segundo fue acompañado por un estruendo y una onda expansiva que rompió ventanas en 400 metros a la redonda. Pero los escombros de la casa de Vernet al 3800 se levantaron en menos de 24 horas, lo que terminó entorpeciendo la investigación. ¿Cayó un ovni? Sin pruebas concretas, en el ambiente ufológico creen que pudo haberse tratado de chatarra espacial.
Otro caso llamativo arrancó en marzo del año pasado y sigue hoy con avistajes de objetos no identificados de forma triangular sobre Ituzaingó, en el Conurbano. Allí, el ovnílogo Adrián Nicala empezó a grabar y fotografiar luces extrañas, con el apoyo de los vecinos. En la zona hay varias bases militares, en Morón, Moreno, el Palomar y Campo de Mayo, además del tránsito de aviones comerciales, lo que podría causar confusión. Pero Nicala está convencido de que “las evoluciones y movimientos que hicieron algunos objetos descartan la chance de que sean aviones, aún pensando en aeronaves militares secretas, como la TR-3B estadounidense”. El caso pegó fuerte y se multiplicaron los hechos. En ese contexto, el 1° de diciembre, el secretario municipal de Infraestructura de Ituzaingó, Gabriel Jacintho, presentó dos fotos tomadas por él mismo mientras registraba obras, en las que se ve un objeto extraño en el cielo, que en pocos segundos se esfumó. “Llamativamente”, remarcan algunos ufólogos, la CEFAE no investigó estos hechos ocurridos en el Oeste.