Habían logrado burlar durante los primeros días a los investigadores, para alejarse de Bovril con un botín de casi 700.000 pesos. Con un golpe maestro, sin despertar sospechas entre las víctimas y mezclados entre decenas de invitados a una fiesta de casamiento, se alzaron con dólares y pesos, y volvieron a sus casas, fuera de la provincia. Sin embargo, los traicionó la ansiedad, las ganas de disfrutar de lo malhabido, de darse algunos gustos. Los descubrieron por las lujosas compras que realizaron en los últimos días: un auto de más de 120.000 pesos, un terreno y los materiales para construirse una piscina.
Hecho. El robo aludido ocurrió el 14 de abril en Bovril, localidad del departamento La Paz ubicada a 120 kilómetros de Paraná. Unos 144.000 dólares y 25.000 pesos, acumulados en billetes, guardados en el placard de la casa de la empleada de confianza de uno de los escribanos más importantes de esa ciudad, fue un duro golpe para la Policía local, que en la búsqueda de la verdad encontró un importante escollo: gran parte de los habitantes del lugar se encontraba, a la hora del delito, en una fiesta de casamiento, al momento que se consumó el delito. “Todo el pueblo bajo sospecha” titularon los medios, al conocerse el caso policial.
En las primeras horas los efectivos recolectaron algunos rastros, tomaron declaración a la dueña de casa y otros testigos, y no lograron identificar a los ladrones ni recuperar el dinero. Además de la importante cifra, los delincuentes se llevaron documentación en la que constaban los movimientos financieros de la escribanía.
Sin embargo, la pesquisa de la División Investigaciones de la Jefatura de Policía de La Paz y el juez Carlos Trajtemberg continuó, en silencio, con más paciencia que pistas firmes.
Averiguaciones. “Se hicieron varios cruces telefónicos, se chequearon llamadas y se profundizaron las averiguaciones respecto de un par de personas que no son de la ciudad, pero estuvieron la noche del casamiento en Bovril”, explicó una fuente policial
La mayor desconfianza recayó sobre dos hombres, parientes de la empleada de la escribanía, que después de la fiesta de boda fueron a dormir a la casa de la damnificada. “Estaba la duda pero no había pruebas”, admitió el mismo informante.
Con el paso de los días, los sospechados dieron el mal paso. Uno de ellos, que pertenecería a una fuerza de seguridad y es oriundo de la provincia de Buenos Aires, comenzó a realizar gastos que no guardan proporción con sus ingresos.
Primero se realizó un allanamiento en Santa Fe, en casa del otro sospechoso, donde se incautaron teléfonos celulares y computadoras, en busca de información que permita detectar sus movimientos comerciales.
Finalmente, con un exhorto del juez Trajtemberg, de La Paz, se realizó un procedimiento en una vivienda de la localidad de Del Viso (ubicada unos 40 kilómetros al norte de la Capital, en el Partido de Pilar), donde se encontró documentación relacionada con la reciente adquisición de un Peugeot 408, 0 kilómetro, un vehículo valuado en unos 120.000 pesos, además de comprobantes de compra de un televisor, una computadora, tres celulares, y papeles referidos a un contrato de obra para la construcción de una pileta de natación.
Aún sin detenidos
A pedido del juez de La Paz, también se realizó una requisa de un domicilio de Capital Federal en el que reside uno de los sospechoso, donde se encontró el Peugeot 408, varios celulares y computadoras, unos 15.000 pesos en efectivo y documentación referida a la compra de un terreno en provincia de Buenos Aires, posiblemente en la localidad de Rafael Calzada.
“Todavía no hay detenciones”, confirmó la fuente policial consultada por esta Hoja. De todos modos, no se descarta que en las próximas horas el juez de Instrucción de La Paz cite a declaración indagatoria a los dos hombres sospechados del cuantioso robo.
