7 de junio de 2012 |
Recomendaciones para el uso de artefactos de calefacción |
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Una ventilación adecuada es clave para evitar accidentes con monóxido de carbono
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La provincia vivió temperaturas bajo cero y para los próximos se prevé que la sensación térmica siga haciendo tiritar a todos. Ante este escenario, los calefactores comienzan a estar encendidos por más tiempo y como ocurre cada año crece el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono si no se toman precauciones básicas. Que, según los expertos, pasan sobre todo por dos medidas simples pero claves: la adecuada ventilación de los ambientes y el control periódico de las instalaciones de gas. Entre las acciones a reiterar una es supervisar las rejillas de ventilación, los conductos y las chimeneas de la casa, para verificar que estén limpias y no tengan ningún tipo de obstrucción que impida la renovación del aire. La otra, controlar que los aparatos de calefacción que se instalen tengan la certificación de los organismos correspondientes, que en general consta en un sello ubicado en la parte posterior. Y en aquellos ambientes que no hay rejillas instaladas,se recomienda dejar abierta una ventana.
Verificar las llamas
Observar con cierta frecuencia las llamas que producen los artefactos que trabajan con gas también emerge como una estrategia de prevención: debe ser azul, estable y silenciosa. Si no cumple alguna de estas tres condiciones, tiene un color rojizo y fluctúa, es necesario consultar a un gasista matriculado. La generación de monóxido de carbono es por la combustión incompleta.
No usar el horno Una práctica habitual en las casas en las que no cuentan con calefactores en todos los ambientes es encender el horno (o inclusive las hornallas de la cocina) como una forma de combatir el frío, una acción que debe evitarse por los riesgos que entraña. Es un error, no se debe hacer bajo ningún aspecto, aún cuando el horno funciona bien. Y si de todos formas se lo hace, es necesario dejar una ventana de la cocina abierta. Si bien son mínimos los problemas que se generan en el invierno por intoxicación por monóxido de carbono, la mayor parte de las veces en que aparecen, hablando exclusivamente de gas natural, se generan por el mal funcionamiento de los aparatos.
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