Una buena noticia y una mala en la cuenta regresiva de los Juegos Olímpicos. Lo positivo es que, a 14 días del comienzo de la mega-competencia, se realizó la apertura de la Villa Olímpica. Lo negativo es que hay fallas en algo tan básico como es el tamaño de las camas. Cada habitación tiene dos camas individuales, acompañadas con mesas de noche y lámparas. Pero dichas camas son de 1,73 metro de largo, lo que significa que muchos atletas necesitarán extensiones.
Por ejemplo, si dos de las grandes figuras, Michael Phelps (1,93m) y Usain Bolt (1,95m), deciden hospedarse en la Villa, necesitarán modificaciones para poder dormir. Lo mismo sucederá con nuestro Juan Martín Del Potro (1,98m). O con los jugadores de la Generación Dorada. Vía twitter, ya hubo bromas al respecto, como la de Manu Ginóbili (1,98m): "Leo q las camas de la Villa Olímpica miden 1.73m de largo. Ouch! Lo bueno es q si tienen 0.9m de ancho la hipotenusa mide 1.95m. #melabanco." O la de Juan Pipa Gutiérrez (2,05m): "No me importa nada... con tal de ir duermo en cualquier lado... y ese acolchado tiene buena pinta".
Ayer, el alcalde de Londres, Boris Johnson, participó en la última inspección de las instalaciones antes de dar el visto bueno para la apertura oficial. Unos 17.000 atletas y oficiales vivirán en la Villa, localizada dentro del Parque Olímpico y cerca del estadio principal y de la sede de los deportes acuáticos. Además de los apartamentos, la residencia de los atletas tiene restaurantes, áreas de descanso, gimnasios y una amplia zona de juegos. Después de la competencia, los apartamentos serán transformados en 2818 hogares.
Por otra parte, se supo que una reproducción del río Támesis cruzará el Estadio Olímpico durante la ceremonia inaugural. Aunque el director de la ceremonia, el cineasta Danny Boyle, reveló que el estadio se convertirá en la "campiña británica" durante la apertura de los Juegos, las fotografías muestran una ambientación urbana del estadio.
La decoración se asemeja a una vista aérea del este de Londres, con el río Támesis trazando sus meandros en medio de la pista. Una campana de 23 toneladas marcará el inicio de una ceremonia que contendrá además referencias a la obra del dramaturgo británico William Shakespeare y concluirá con Paul McCartney cantando "Hey Jude".
