Durante el miércoles y jueves de la semana pasada se observaron algunas precipitaciones ligeras y lloviznas que cubrieron gran parte de la provincia. Sólo en el extremo noreste las mismas se transformaron en chaparrones algo más abundantes. Si bien en el departamento La Paz no se acumularon lluvias, el contexto climático fue el mismo. De todas maneras el remanente de humedad que dejó junio, no encontró condiciones dinámicas propicias como para que se desarrollen sistemas precipitantes de importancia.
Así lo señala el último reporte del Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber) en donde, además, se sostiene que salvo en el sudeste de la provincia, junio fue un mes donde las precipitaciones no lograron sumar los valores normales. “Teniendo en cuenta la época del año esto no resulta demasiado importante; el noroeste, sin embargo, arrastra un final de otoño seco y ha comenzado a sentir este retroceso en la oferta de agua”, agrega el trabajo.
Las condiciones ambientales han evolucionado marcadas por la persistencia de una masa de aire polar. La misma no ha desplegado en Entre Ríos su máximo rigor, sin embargo impone temperaturas que se ubican por debajo de los valores normales para el promedio de julio.
El arribo y persistencia de masas de origen polar condicionan la oferta de agua de lo que resta del mes. Si bien Entre Ríos y la Mesopotamia, en general, suman al este de Buenos Aires para configurar la zona que durante el invierno rescata las mejores precipitaciones, la actualidad no es muy promisoria. “Será dificultoso que el patrón conducente que se ha establecido ya desde junio experimente un cambio destacado. Es decir: es probable que la oferta de agua se mantenga por debajo de los valores normales durante lo que resta de julio. Podría concretarse en la última semana una mejora pluvial siempre que comience a darse un cambio en la circulación. Como decíamos esta situación parece improbable y mas allá de algunas lluvias menores o lloviznas dispersas, el escenario seco y mayormente frío seguirá prevaleciendo, al menos hasta la transición hacia el mes de agosto”, añade el informe.
Ante este escenario, el Siber indica que las condiciones hídricas de la provincia no se han modificado de manera importante. El extremo norte y el centro-sur han logrado sostener el buen nivel de reservas, observándose entre estos dos sectores una diferencia apreciable.
“Si bien la pérdida de humedad es lenta en esta época del año, las zonas más secas del sur de La Paz, Federal y el norte de Villaguay, comienzan a unificarse en corredores que insinúan un estado de sequía y configuran la zona con mayor demanda de agua dentro del territorio provincial. Es importante remarcar que el estado actual que ostenta la zona, deviene de un patrón seco fundado en las escasas lluvias de mayo, y que luego encontró continuidad en lo que va del invierno”, subraya.
El Siber recuerda, asimismo, que para revertir este proceso de desecamiento, aun siendo invierno, la zona requiere al menos 30 milímetros de lluvias. “Considerando lo manifestado respecto de la tendencia pluvial para julio, no alentamos expectativas favorables para que esta zona compartida de los tres departamentos del noroeste, vea satisfecha esta demanda. Tampoco llamaría la atención que las reservas escasas progresen sobre el resto de Villaguay y el norte de Paraná”, advierte el texto.
El escenario no es para alarmarse, aclara, pero tampoco es alentador principalmente para los productores de La Paz. Como esta situación fue consolidándose en forma lenta, posiblemente con buen manejo algunos productores hayan logrado conservar el agua de una mejor manera que la que evidencia el cálculo del balance hídrico.
“La evolución de las reservas para el resto de julio seguramente mostrará un fortalecimiento de esta franja seca interrumpiendo dos sectores más húmedos en el norte y en el sur. El paso pluvial del invierno no es un indicador de lo que podría suceder en el comienzo de la primavera”, concluye el informe.