En el seleccionado argentino está prohibido el jet lag. Quien lo padezca está condenado a perder su puesto en el equipo titular. Todos los futbolistas saben de memoria la paradoja que entrañan los amistosos como el de mañana en el estadio Commerzbank de esta ciudad ante la poderosa Alemania: es un tiempo de pruebas en el que no hay tiempo para ensayar. El lateral izquierdo Clemente Rodríguez resume el problema. Saltará del aeropuerto al hotel y de allí a la única práctica de fútbol previa al partido casi sin escalas. "En cierta medida, dependemos de los aviones", concede Claudio Gugnali, ayudante de Alejandro Sabella, entrenador del seleccionado. Y agrega: "La escasez de tiempo para trabajar es la gran batalla a vencer".

Para muestra, basta con relatar lo que ocurrió en la práctica desarrollada ayer en el estadio de Neu-Isenburg, a diez minutos del búnker del seleccionado. Lionel Messi, Sergio Agüero, Pablo Guiñazú y Pablo Zabaleta apenas trotaron alrededor de la cancha. Messi, después, calentó los músculos pateándole al arquero Mariano Andújar tiros con la pelota en movimiento. El Balón de Oro dio una lección de cómo impactar el balón y colocarlo en los lugares más inverosímiles. Siempre, claro, lejos de la humanidad del pobre arquero.

Por culpa de los viajes, estos cuatro jugadores, arribados ayer al hotel de concentración, apenas si se movieron. Nada de trabajos tácticos ni movimientos específicos. Para ellos, la práctica consistió en poner en acción el esqueleto.

El escaso tiempo de trabajo que tienen los entrenadores ha motivado que a menudo se los vea más como seleccionadores. Es decir, profesionales de la elección futbolística. "La clave es optimizar el tiempo compartido, que es poco. Por eso la continuidad en algunas citaciones. Y por eso el llamado a jugadores conocidos", explica Gugnali. Y cita una de las frases de cabecera de su jefe, Sabella: "Cuando no tenés trabajo con tu grupo, pensás en el rival; cuando lo tenés, estás más tranquilo. Sabés que hay una identidad".

Pero los amistosos dejaron de ser experimentos para quien valora el resultado aunque no haya puntos en juego. Por eso, todo hace pensar que Sabella se decantará por un equipo similar al que le ganó hace dos meses a Brasil, en los Estados Unidos, con Rojo por Clemente Rodríguez: Romero; Zabaleta, Garay, Federico Fernández y Rojo; Di María, Gago, Mascherano y José Sosa; Higuaín y Messi. Fabricio Coloccini, a quien Sabella convocó por primera vez desde que asumió el cargo, aguardaría en el banco de suplentes.

El apego de Sabella por una manera de jugar -que tan buenos resultados le dio en Estudiantes- hace que, por ejemplo, el DT ya tenga decidido mantener el 4-4-2 y descartar el 5-3-2 que hubiera posibilitado el ingreso de Coloccini en una hipotética línea de 3 defensores centrales (Coloccini, Garay, Fernández) y dos laterales.

Tampoco innovará en el lugar de Mascherano, que está suspendido para jugar frente a Paraguay cuando se reanuden las eliminatorias, al igual que Agüero. Alemania es un rival respetable y nadie quiere volverse con una derrota ante el equipo que eliminó a la Argentina del último Mundial. Por eso es que Sabella elige confiar en sus elegidos y conocidos, como la dupla Garay-Fernández, a la que el DT busca consolidar partido a partido. De mitad de cancha hacia adelante hay calidad y cantidad en partes iguales, por lo que a nadie le puede extrañar que Messi-Higuaín sigan haciéndose cargo de convertir los goles. Por las dudas, también están Agüero y Lavezzi, que serían titulares si hubieran nacido en cualquier otro rincón del planeta.

Pese a los tres goles que le convirtió Brasil en el último amistoso, Sabella apuesta casi por la misma defensa (y el mismo arquero). Trabaja con ellos con intensidad, como hizo ayer en un ejercicio táctico en el que debían salir jugando a un solo toque. Sabe de memoria que es la única línea a la que le falta regular. Tal vez estos amistosos sí sirvan para eso: consolidar sectores y apostar a las mejores sociedades futbolísticas. Aunque todos, sin excepción, jueguen con lo puesto.

Hoy llegan Clemente y Enzo Pérez
Los últimos dos integrantes de la delegación aterrizarán hoy en Fráncfort. Se trata de Clemente Rodríguez (Boca) y Enzo Pérez (Benfica), citado en lugar de Maximiliano Rodríguez, que sufrió un esguince en una rodilla el viernes . Los otros candidatos para el puesto de Pérez eran Jonás Gutiérrez (Newcastle) y Augusto Fernández (Celta).