El aumento ya rige y si bien varias empresas de ómnibus fueron modificando sus planillas de acuerdo a sus necesidades, otras tantas optaron todavía por conservar sus valores ante el temor de que baje la demanda.
Por el momento, prácticamente ninguna empresa se atrevió a aplicar el 20% permitido, por lo que los aumentos fueron de entre un 10 y un 15 por ciento.
“¿Por qué no se aprovechó el máximo de la banda? Porque nuestra situación hoy ya es lo suficientemente mala en cuanto al movimiento de las ventas como para aplicar incrementos. Es decir, podemos subir los precios, pero el tema pasará a ser a quién le vendemos esos pasajes”, reconocieron fuentes del sector al matutino.
La autorización de un ajuste del 20 por ciento en el tarifario respondió a un pedido de las empresas para mejorar su nivel de rentabilidad desde que a mediados de enero el Gobierno le quitara al sector el subsidio en el precio del gasoil. Más tarde, también desapareció el valor preferencial en los peajes.