“El aborto nunca es una solución. Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas”. Así fijó la posición de la Iglesia, el cardenal Jorge Mario Bergoglio, frente a la decisión del gobierno de Mauricio Macri que puso en práctica la guía para acceder a la interrupción del embarazo.
En un comunicado emitido desde las oficinas del Arzobispado de Buenos Aires, y titulado “Sobre la resolución para abortos no punibles en la Ciudad de Buenos Aires”, Bergoglio explicó –citando un documento de la CEA 2011– que “la biología manifiesta de modo contundente a través del ADN, con la secuenciación del genoma humano, que desde el momento de la concepción existe una nueva vida humana que ha de ser tutelada jurídicamente. El derecho a la vida es el derecho humano fundamental”.
No es la primera vez que el cardenal cuestiona al gobierno de Macri, antes lo había hecho con relación al debate en torno al matrimonio igualitario.
La reglamentación del procedimiento sobre los casos de abortos no punibles (ANP) en la Ciudad es percibida por la Iglesia como que “una vez más se avanza deliberadamente en limitar y eliminar el valor supremo de la vida e ignorar los derechos de los niños por nacer”.
“Al hablar de una madre embarazada hablamos de dos vidas; ambas deben ser preservadas y respetadas, pues la vida es de un valor absoluto”, apuntó Bergoglio, quien está próximo a retirarse, y, si bien en la actualidad no está conduciendo la Conferencia Episcopal de la Argentina (CEA), ostenta el principal arzobispado.
Bergoglio pidió “respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo”.
“Esta decisión que amplía la despenalización del aborto cediendo a la presión del fallo de la Corte Suprema de la Nación, la cual excediendo sus competencias exhortó a aprobar protocolos, afectando de esta manera la división de poderes y vulnerando el federalismo, tiene consecuencias jurídicas, culturales y éticas porque las leyes configuran la cultura de los pueblos y una legislación que no protege la vida favorece una “cultura de la muerte” (Evangelium vitae, n° 21)”, manifiesta el comunicado.
El cardenal llamó a “todas las partes involucradas, a los fieles y ciudadanos para que, en un clima de máximo respeto, adoptemos medidas positivas de promoción y protección de la madre y su niño en todos los casos, a favor siempre del derecho a la vida humana”.