Mediante el desarrollo de visitas guiadas teatralizadas, el Ministerio de Cultura y Comunicación a través del Museo Molino Forclaz propone a los visitantes una forma diferente de vivenciar la historia. La interpretación de tareas, diálogos y actividades propias de la época en que vivió allí la familia, así como documentos y objetos de valor histórico, son parte de la oferta. La actividad es desarrollara por personal del museo junto a un grupo de colaboradores voluntarios, los cuales no son profesionales de las artes escénicas y protagonizan estos encuentros 10 veces al año.

 

Esta es una de las tantas actividades que se proponen desde el Ministerio de Cultura y Comunicación en el marco de las políticas orientadas a democratizar los bienes culturales y recuperar y afirmar nuestra identidad. En ese sentido, el subsecretario de Políticas Culturales, Eduardo Viana, quién participó de la actividad de este sábado, remarcó que “es una forma de recordar a los inmigrantes, mayormente suizos, alemanes y franceses, que vinieron a esta zona. Son también quienes hicieron la patria, y tenemos que reconocerles su trabajo, más allá de la revisión histórica que estamos realizando”.

 

En referencia al grupo de personas que voluntariamente participan en la teatralización, sostuvo que “emociona de verlos con esas ganas de contar su propia historia, porque seguramente casi todos son descendientes de aquellos que vinieron a poblar estos lugares. Sin ser actores, simplemente con ganas de hacerlo y de participar, lo hacen muy bien, desde los más chicos a los mas adultos. Nos hacen vivir un momento como si estuviéramos en esa época, con la participación especial del director, que cuenta la historia con tanta vehemencia y pasión que involucra los visitantes hasta las lágrimas. Realmente es una forma diferente de contar la historia de una zona de Entre Ríos desde un museo”.

 

Transportarse a otra época

 

Luego de que dos personas con vestimentas de época sacaran agua del aljibe y comenzaran a movilizarse los demás personajes dando vida al molino, el mismo director del museo, Juan Carlos Buet, dio la bienvenida al numeroso grupo de visitantes, en su mayoría turistas de otras provincias y países. “Es un lugar que tiene mucha historia, estamos en un sitio en donde los abuelos dejaron su huella. Son los inmigrantes, los gringos que hace 150 años vinieron a este lugar. Acá se recuerda, es un lugar que nos transporta a esa época”, señaló el director.

 

“La vida de los Forclaz es la vida de cualquiera de aquí de la zona”, resaltó y aseguró que las anécdotas e historias que aparecen en las teatralizaciones “no son ni más ni menos que las historias de nuestros abuelos. Eso logra que la gente se transporte a esa época muy fácilmente y vea en este lugar cosas que han visto o escuchado en la casa de sus abuelos. Eso es lo que lo hace atractivo”, recalcó.

 

Los protagonistas de la teatralización

Tras una breve introducción se comienza la recorrida, donde el guía va contextualizando y explicando lo que sucedía en la casa de los Forclaz, pasando por espacios interiores y exteriores de la construcción, que muestran tanto los espacios domésticos como de trabajo. Por momentos, calla el guía y baja su cabeza, señal de que entra en escena algún actor o está por comenzar un diálogo, y el visitante va poco a poco siendo testigo privilegiado de la historia en movimiento. El involucramiento comienza con el convite de pan casero, pasando por un baile al son de un acordeón en el patio, para concluir en un emotivo momento al pie del molino. Anécdotas risueñas y comentarios traen a colación apellidos como Sarmiento, Urquiza, Micheloud o Peyret.

 

Con su acordeón de 80 años en mano, Víctor, uno de los integrantes del grupo que hace posible esta actividad, cuenta que es un día “muy especial”, cumplía 40 años de casado. A pesar de ello, está en su rol de animador de una improvisada fiesta en el patio, aclarando que “no soy un profesional. Somos así nomas de campo y nos hicimos acá con el grupo, yo me integré con el acordeón. Hago la música del baile campestre, algo que se usaba antes en una carneada o una yerra supongamos”. Expresa luego su gratitud por ser parte de estas actividades “porque es un grupo hermoso”.

 

Relata luego con marcado entusiasmo la historia de su propia familia, donde un padre agricultor dejó una descendencia de 17 hijos. Originario de Hambis, un pueblo de la zona, asegura que comenzó a tocar el acordeón a los 19 años inspirado por Tarragó Ros. “Después me tocó la colimba y vendí el instrumento. Cuando volví me radiqué en Villa Elisa y ahí puse un negocio de confitería con mi cuñado. No tenia plata para comprar un acordeón nuevo, me case a los 25 y recién a los 30 pude tener otro acordeón y empecé a tocar otra vez”.

 

Vivir sensaciones

 

Paula es una de las jóvenes que acompañan la actividad y sostiene que luego de que Liliana, quién está a cargo del grupo, se la encontrara en la calle y la invitara a participar, se interiorizó y comenzó a involucrase. “Ella me explico que en algunas partes se actuaba para mostrarle a la gente como era un día normal en la familia. Así se incorporaron todos, ninguno va a teatro, es un grupo de gente que tiene ganas de contar qué fue la Familia Forclaz”, destacó. Reconoce que si bien antes había visitado el lugar con amigas “porque es un hermoso lugar”, no conocía mucho sobre la historia, “pero después cuando te empiezan a contar te das cuenta lo que era. Yo pensaba que era un molino que dejo de funcionar, nada más”.

 

Otro de los protagonistas está nervioso porque es su primera vez. Se trata de Horacio, que trabaja en la oficina de turismo de Colon, quién comenzó a colaborar con el molino en otras actividades y ahora “en la actuación. Conozco la historia del molino en gran parte y esto es muy interesante, a la gente le gusta mucho el clima histórico que se genera en las teatralizaciones. Es un momento de sensaciones que se vive, es transportarse en el tiempo y estar en la época de los colonizadores”.

 

También Clarisa es parte de la actividad y se incorporo a partir de su hermana, que ya era parte del grupo. “Siempre participé en la Fiesta de la Colonización y un día me llaman porque necesitaban una pareja, y con otro chico empezamos a venir”, indica, tras lo cual manifiesta que si bien le gusta la tarea, su mayor interés se debe a que es profesora de historia. Además, “el teatro me ayuda a desenvolverme en el aula, lo tomo también por ese lado. De un año al otro se cambia, se busca nueva gente que primero hacen de visita para luego irse incorporando de a poco”.

 

El molino

 

El molino es un monumento histórico nacional. Lo que está disponible al público es preservado por la Comisión Nacional de Museos y Monumentos de la Nación. En el 2003 es declarado patrimonio histórico arquitectónico de la provincia, comprando el Estado cinco hectáreas en las cuales está incluido el monumento y el 2 de julio de 2011 comienza a ser Museo provincial Molino Forclaz. “Desde ese momento hay un museo inserto dentro del monumento”, explicó Buet.

 

La familia Forclaz se dedicó a la molienda, primero con un molino de malacate y luego con un de viento. “El primero les quedaba chico, entonces hicieron uno más rápido, que lo copiaron de los molinos holandeses. El problema que tuvo Juan, es que nunca produjo lo que él esperaba, entonces enfermó muy mal. Había una presión social muy grande sobre él, eso le causo una depresión y luego la muerte. Realmente este molino le costó la vida”, sostiene el titular del museo, quién protagoniza a su tocayo en la visita guiada.

 

Informes

 

Este domingo el molino abre sus puertas para recibir a los descendientes de la familia Forclaz, evento que se realiza una vez cada dos años y es organizado por el grupo de genealogía de la Asociación Amigos Molino Forclaz.

 

Se informa además, que el organismo está abierto al público con visitas guiadas, todos los días de la semana exceptuando los miércoles de de 10 a 13 y los sábados, domingos y feriados de 10 a 17. En noviembre se realizará una nueva versión teatralizada de las visitas guiadas.

 

Dirección: ruta provincial 26 km 3 (a 4 km de Colón y 11 de San José)

Teléfono: 03447 - 472351

Correo electrónico: [email protected]