En diálogo, Fernández expresó que en caso de persistir las lluvias hasta diciembre, tal como anunciaron algunos meteorólogos, “podríamos vivir una situación catastrófica”, ya que “las cuencas están todas colapsadas y saturadas de agua”.
En ese sentido, expresó a AIM que “una lluvia de 50 o 100 milímetros, haría que ríos y arroyos estén en las puertas de los poblados”. Por ejemplo, de haber esas precipitaciones, “el arroyo Villaguay llegaría a la ciudad y el panorama sería similar a lo que sucedió en 1998”.
La altura del río Gualeguay “es similar a lo registrado en ese año; por suerte, el pico de la creciente vino después de la crecida del arroyo, porque sino hubiese sido catastrófico”, admitió el ambientalista.
Siglos atrás, las poblaciones solían ubicarse cerca de las cuencas de ríos y arroyos para abastecerse de alimentos y agua; sin embargo, desde hace décadas, el cambio climático comenzó a hacer estragos y puso de manifiesto la necesidad de rediseñar algunos asentamientos.
Si bien las inundaciones son fenómenos de la naturaleza a las que el planeta debe acostumbrarse, existen políticas de gobierno que deberían servir para paliar sus efectos y atender a la comunidad para evitar los daños y pérdidas que sufren.
El caso de Paso de la Laguna, departamento Villaguay, es una problemática constante; ubicado en cercanías del Gualeguay, ante lluvias copiosas debe comenzar con las evacuaciones.
Hoy, familias enteras se encuentran en la escuela de la zona, ya que hay barrios completos bajo el agua, se constató.
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