Pasó su participación en los Juegos Olímpicos de Londres, pero la vida sigue y hay que continuar en la lucha. En eso está abocada la nogoyaense Ana Gallay, quien junto a la santafesina Virginia Zonta, representantes del país en beach volley, y con el deseo de jugar cada vez mejor, se radicaron en Mar del Plata, una ciudad que tiene a los preparadores físicos y entrenadores del equipo nacional.
 

Hasta aquí todo bárbaro, pero como siempre hay piedras en el camino que hay que sortear. La entrerriana y la santafesina aún no pudieron abrochar el paquete económico que les va a permitir estar en el Circuito Mundial. ¿Llegará? Esperemos que sí; de lo contrario sería una papelón que una atleta olímpica se quede sin una competencia vital en su carrera.
 

Mientras se termina de instalar en La Feliz, la jugadora de beach volley, charló sobre su presente.
 

—¿En qué anda Ana Gallay luego de los Juegos Olímpicos?
 

—En estos momentos lo que andamos buscando es un entrenamiento de calidad. Nos vinimos a vivir a Mar del Plata porque están los preparadores físicos y los entrenadores. La idea es ir el año que viene a jugar el Circuito Mundial si sale, obviamente, todo lo que es recursos económicos porque eso es lo más complicado. Próximamente se hará un Sudamericano en Santa Fe y creemos que vamos a estar ahí. Esa es la actividad próxima. El beach volley a nivel sudamericano empieza ahora en el verano. Y lo que es el Circuito Mundial comienza en abril-mayo y es a lo que realmente apuntamos nosotras.
 

—¿Hace cuánto están en Mar del Plata?
 

—Nos estamos armando recién. Yo esta semana comencé a buscar dónde voy a vivir, lo mismo que Virginia (por Zonta su compañera). Ojalá podamos conseguir los recursos necesarios para poder solventar estos gastos porque se nos hace bastante difícil. Creo que el apoyo va a llegar. Ojalá se dé todo.
 

—¿La pretemporada ya arrancó?
 

—El domingo volvimos de Río de Janeiro donde estuvimos 10 días entrenando cuatro chicas y el técnico. Arrancamos la pretemporada ahí y acá (por Mar del Plata) las jornadas son de lunes a sábado, dos días en doble turno y los otro en un sólo turno, más la preparación física que la estamos haciendo en un gimnasio acompañado de ejercicios en arena. Tenemos unas cinco o seis horas de entrenamiento.
 

—¿Cuanto se creció deportivamente con el roce de los Juegos?
 

—Se mira todo de otra manera. Tenés otro tipo de energía y otros objetivos. Nosotras el año pasado cuando fuimos al Panamericano con Virginia, ese era nuestro objetivo, pero cuando salimos de ahí el objetivo fue ir a un juego olímpico, más allá que sabíamos lo difícil que iba a ser si clasificábamos. Hoy creo que el objetivo es llegar a un nivel así. No te digo en un año, sino hacer bien un proceso de cuatro años. En eso crecimos bastante.
 

—¿A qué se le apunta entonces?
 

—Todos los torneos son importantes, pero nuestro mayor objetivo es el Circuito Mundial. Queremos todo porque es la manera de crecer y no estancarte en el lugar donde estas. Y ojalá podamos jugar todas las fechas del Sudamericano porque eso te da ritmo de juego para mayo que allí está el Circuito Mundial
 

—¿Y Nogoyá siempre está?
 

—Nogoyá siempre está ya sea con los pasajes o lo que sea. Ahora me están gestionando una beca y yo se que para un pueblo es muy difícil, pero ellos se sienten un poco parte de todo. Me ayudan, pero necesitamos un poco más de ayuda y la vamos a tener. En algún momento llegará, sabemos que estas cosas siempre tardan.

Londres, presente
Ana Gallay no se olvida de los Juegos Olímpicos y es consciente, a esta altura, de lo que vivió en Londres.
 

“La verdad que mirar los partidos y las fotos recordás la villa y todo. Yo ya caí y obviamente me encantaría estar en 2016. Obviamente que para eso hay que entrenar mucho y en estos momentos con Virginia (por Zonta) nos estamos armando de otra manera. Queremos llegar, entrenar y lograr una mejor competencia. Si llegamos a estar queremos buscar algo. Esa es la idea. Uno ya sabe donde estuvo y muy feliz. El día de mañana se lo contaré a mis hijos. Estoy muy contenta de haber llegado a lo que aspira un deportista”, contó desde la costa.