El complejo, que desde su creación en 2005 y durante años funcionó en el garaje de la ufóloga, en la esquina de Rondeu y San Miguel, fue reinaugurado en enero de este año en los salones de un local ubicado a una cuadra y media de la plaza principal, con gran pompa y la presencia de autoridades locales y provinciales. En ese marco hubo un compromiso para que el emprendimiento fuera viable y se garantizara su continuidad, a través de aportes económicos para paliar el costoso alquiler y personal para la atención, entre otras cosas. Ello no se cumplió, lo cual derivó en el cierre del local, en julio pasado.
Silvia no quiere hablar al respecto. Tras el duelo de lo que ella misma denomina como un “embate emocional”, solo se lamenta de las deudas que contrajo en su intento de sostener el emprendimiento y de las decenas de interesados que todos los fines de semana llaman por teléfono o golpean su puerta, interesados en conocer el fenómeno en Victoria y en el mundo, y los numerosos objetos, fotos, bibliografía y registros que se exhibían en el museo. Allí se brindaban disertaciones de expertos en tema, talleres.
La investigadora ahora se focaliza en su nuevo proyecto de reapertura del museo con todos estos mismos servicios en su domicilio, donde con sumo esfuerzo económico propio y con aportes de la Municipalidad de Victoria está volteando y levantando paredes para generar espacios más amplios.
“Antes de fin de año ya estaremos abriendo para tener un verano a full”, comentó entusiasmada Pérez Simondini.
En ese sentido, Pérez Simondini aclaró que este nuevo espacio en plena gestación “entrará la capacidad de un micro entero, cómodamente sentados, a diferencia de lo que sucedía antes cuando estaba en el garage, que por el lugar reducido muchos debían quedar afuera”, planteó.