La idea le terminó de cerrar al gobernador Sergio Urribarri en septiembre del año pasado, un par de horas después de encabezar, junto al ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, unas jornadas sobre industria y comercio exterior en un hotel de Paraná. Allí, ante un salón lleno de empresarios y ejecutivos, el mandatario enumeró indicadores: “Entre Ríos es la primera productora de aves y cítricos dulces; la segunda de arroz y miel; la tercera de ganado bovino y en el sector forestal; la cuarta productora de oleaginosas. En cada una de las diez cadenas de valor más importantes, Entre Ríos esta entre el primer y cuarto lugar”, graficó.
A la tarde, entrando a la ciudad de Concordia por el puente Alvear, la vista de una populosa villa lo amargó una vez más. “¿Qué sentido tiene que crezcamos en todos los otros aspectos si no podemos resolver esto?, pensé y a la semana convoqué a un grupo de funcionarios para trabajar en este tema, que no es una preocupación de ahora, pero se terminó de definir ese día clave”, contó Urribarri recientemente a LT14.
Construir 6.000 viviendas antes del final de 2015, momento en el que finalice el mandato, fue el desafío que planteó el gobernador a sus colaboradores. Octubre, noviembre y diciembre fueron meses de trabajo para diseñar un plan que para fin de año ya estaba avanzado. Incluso el gobernador, en los días previos a Navidad, algo anticipó a los diputados y senadores a los que invitó a su casa a hacer un balance del año. Después presentó el proyecto de ley donde se plasma el proyecto, que fue sancionado, y hoy el plan está en marcha.

POSIBLE. La edificación de las viviendas se apoya en tres programas nacionales. Así lo gestionó el gobernador ante la Nación y lo terminó de definir en un encuentro con el secretario de Obras Públicas del Ministerio de Planificación Federal, José López.
“Las soluciones habitacionales que tendremos que brindar no son todas iguales y estos programas contemplan las distintas variables. De acuerdo a cada situación usaremos uno u otro”, explicó a EL DIARIO Daniel Irigoyen, titular de la Unidad Ejecutora de Programas Especiales del Ministerio de Desarrollo Social, organismo desde el cual se aplicarán los programas, dependientes de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación.
Se trata de los denominados programas federales de Integración Social Comunitaria; de Vivienda y Mejoramiento del Hábitat de los Pueblos Originarios y Rurales; y de Urbanización de Villas y Asentamientos Precarios. Las tres estrategias ya se vienen implementado con éxito en Entre Ríos, en el marco de las numerosas acciones que se ejecutan en conjunto con el Gobierno nacional. “Cada etapa es un desafío. La verdad es que nada es simple. Pero este plan es posible”, aseguró Irigoyen.

TIERRAS. El Gobierno diseñó el proyecto en base a un relevamiento realizado en toda la provincia que indicó que, de 6.000 familias que viven en asentamientos, 4.000 se ubican en las ciudades más importantes (Paraná, Concordia, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú) y 2.000 se encuentran diseminadas por el territorio.
En esta primera etapa, la provincia trabaja en conjunto con los distintos municipios en la obtención de las tierras, tarea dificultosa ya que en muchos casos la gente está asentada en lugares que se inundan o donde no hay servicios y también aparecen problemas de tenencia.
Lo óptimo es construir las casas nuevas en los mismos lugares en los que hoy están las viviendas precarias. Cuando sea imposible, se edificará en otro lado y las personas serán relocalizadas. “También pensamos en soluciones mixtas, dado que normalmente las familias están hacinadas y, por ejemplo, en un lugar en el que hay 80 familias asentadas se pueden construir solamente 40 casas y al resto habrá que hacerlas en otro lado”, precisó Irigoyen.

INCLUÍDOS. La modalidad de trabajo prevé la constitución de consorcios integrados por distintos organismos del Estado que intervienen en cada etapa. A los municipios y a la Unidad Ejecutora de Desarrollo Social se le suman, entre otros, el Ministerio de Producción, el INTA y Agricultura Familiar, que se ocupan de apuntalar los proyectos productivos, y el Ministerio de Planificación e Infraestructura y la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), que se ocupará de obras diversas.
Esos consorcios son los que contratarán a empresas pequeñas o cooperativas para que construyan las casas, con la obligación de incluir en el trabajo a un integrante de la familia que, al término de la obra, habrá aprendido un oficio. “Son muchas las mujeres que se destacan en albañilería, por su prolijidad.
Además, ya hemos implementado este sistema y no son pocos los que quedan trabajando fijos en las empresas”, comentó Irigoyen.
Se decidió que las 4.000 viviendas que se hagan este año y el que viene sean en las ciudades más grandes. Luego se encararán las 2.000 restantes. Actualmente, Irigoyen trabaja con los intendentes de Concordia, Concepción del Uruguay, Paraná y Gualeguaychú para armar los primeros proyectos que se elevarán a la Nación, que exige la documentación de las tierras y los listados de los beneficiarios.
Se avanzará rápido, pero no de golpe, para no causar un impacto indeseado. El promedio de viviendas por ciudad y por etapa no superará las 80 unidades. Está previsto empezar a construir en febrero.

Casas lindas y amplias

Las casas son amplias, lindas, de buena calidad”, respondió Irigoyen consultado sobre las características de las unidades habitacionales, que serán similares a las que ya se edificaron en el marco de los mismos programas.
Si bien hay prototipos, cada familia recibe la casa que necesita de acuerdo a una evaluación caso por caso. Las más chicas son de 55 metros cuadrados. Salvo que se trate de un matrimonio sin chicos, por ejemplo, todas tienen tres dormitorios, uno para la pareja, otro para las hijas mujeres y otro para los varones. “Se busca terminar con el hacinamiento”, acotó Irigoyen.
Además de los cuartos, las casas tiene baño, cocina, estar y comedor. En las zonas rurales, se suma una amplia galería. Los techos son de chapa, las aberturas de aluminio y las viviendas se entregan completas, con todos los sanitarios, grifería, revestimientos, pisos e instalaciones.


Tener un futuro

La experiencia ganada con las numerosas soluciones habitacionales brindadas en la provincia permitió determinar que, en muchos casos, el acceso a una vivienda no alcanza para solucionar todos los problemas que afronta una familia pobre. “Este Gobierno considera importante y fundamental que las personas accedan a una solución más integral y a un medio de vida. Si no tienen de qué vivir, la urgencia en muchos casos los puede llevar a vender la casa y a volver a la situación anterior, que es lo que se quiere evitar”, explicó Irigoyen.
Es por eso que a los tres programas nacionales que ya se vienen implementando en Entre Ríos se los complementa con la posibilidad de desarrollar algún emprendimiento.
En la zona rural, a las familias se les brinda una porción de terreno para una huerta y un gallinero para autocosumo. Pero además, en otro pedazo de tierra se les da la posibilidad de desarrollar distintos proyectos.
Irigoyen mencionó el caso de una familia de la localidad de Santa Ana, en el departamento Federación. “El padre, la madre y muchos chicos vivían en un rancho sin ningún servicio. El hombre no tenía trabajo. Hoy tienen su casa y comenzaron con una pequeña plantación de cítricos que creció tanto que ya están vendiendo parte de la producción a Paraná. La última vez que fuimos a visitarlos, el hombre estaba con gripe y todos los gurises estaban regando la plantación. El consorcio les gestionó un sistema de riego”, resumió el funcionario. En las ciudades también se reserva un espacio para que los grupos de vecinos puedan trabajar. Los emprendimientos más usuales son la fabricación de pavimento articulado y de bloques para la construcción. También la carpintería y los emprendimientos textiles. “No solo es la casa, sino también el trabajo. Y la posibilidad de crecer, de quedarse en el campo, de consolidarse. Los resultados que estamos teniendo son maravillosos y también los cambios que se producen en las personas y en las familias, que sienten que pueden tener un futuro”, graficó Irigoyen.

AL MARGEN
INVERSIÓN. Para concretar las 2.000 viviendas previstas para este año, se destinarán 666 millones de pesos. La Nación aportará los fondos para construir las casas y la provincia, los necesarios para comprar tierras y realizar obras de infraestructura.

LEY. La iniciativa de erradicar los asentamientos se plasmó en un proyecto de ley que fue aprobado y promulgado. Establece la creación del programa de Desarrollo de la Infraestructura Social de Entre Ríos (Diser) y prevé la implementación del Impuesto a la Transmisión Gratuita de Bienes (impuesto a la herencia) para solventarlo. También define mecanismos de compra y expropiación para conseguir tierras.

CUOTA. Los beneficiarios pagarán una cuota de 100 pesos por mes. Quienes no puedan, deberán hacerlo con trabajo. El dinero de la cuota quedará en el consorcio para mejoras o fortalecimiento de los proyectos productivos.