Sabía de las urgencias Newell's. Entendía que esta excursión por suelo trasandino era crucial para sus aspiraciones y por eso apeló a la inteligencia para manejar el juego. Ganó y frente a la Universidad de Chile, que una semana antes lo había vencido en Rosario. Es por eso que ahora se siente seguro y hasta acomodó su andar en el grupo 7 de la Copa Libertadores . Si hasta se dio el lujo de ganar fuera de la Argentina después de 21 años.
El conjunto rosarino comenzó con una postura aguerrida, con la intención de ganar la mitad de la cancha con Pérez, Villaba, Figueroa y Maxi Rodríguez. Además, de la velocidad y el talento de Scocco en los último metros del campo. Newell's estaba convencido desde el arranque que debía ganar, que necesitaba hacerlo.
Lo complicó el equipo argentino a la Universidad de Chile con ese plateo, lo confundió. Pero logró quebrarlo con una cuota de fortuna. Es que de una acción en la que Scocco ensayó un disparo al arco desde una posición incómoda, llegó el gol de Maxi Rodríguez que interceptó el remate de su compañero que no tenía destino de arco.
Pero aún cuando tuvo un guiño del azar, Newell's supo cómo defenderse ante los embates de Lorenzetti y por las intenciones de Guillermo Marino. Incluso, los defensores se las arreglaron bien para sostener la energía de Isaac Díaz.
El equipo de Martino fue práctico, porque después del gol jugó con el apuro de su rival y lo lastimó con ataques rápidos frente a una defensa muy lanzada, que en su zaga central presentó a dos juveniles de 19 años, como Lichnovsky y Huerta.
Es verdad que se retrasó Newell's y aguantó el resultado cuando la ventaja era mínima, aunque no siempre mantuvo esa postura y cuando advirtió el cansancio del rival se animó a atacarlo, a lastimarlo. Con esa estrategia pudo golpear nuevamente, porque después de una acción colectiva interesante, fue Tonso el que recuperó un rebote y sacó un violento disparo que no pudo contener Herrera.
Newell's fue inteligente y ganó. Estaba urgido y respondió en consecuencia. No es poco.