Terminaron de cenar, ella le dio la mamadera a su hijo y junto a su marido se fueron a descansar. Todo era silencio hasta que, en medio de la madrugada, la calma estalló cuando alguien forzó la puerta de entrada de la casa. La familia se despertó de repente con tres intrusos apuntándoles con armas en la sien y el reclamo a gritos de la plata del supuesto botín de un robo. Cuando el hombre se negó, le dieron dos tiros. Cómo así tampoco lograron amedrentarlo, un tercer disparo en la nuca mató a Ariel Barramendi.
Su mujer y su hijo, de apenas un año, recibieron heridas leves. Según las fuentes del caso, la víctima tenía antecedentes penales por al menos tres robos de automotores, y en causas vinculadas a hechos de piratería del asfalto.
Todo ocurrió ayer a las 3 de la madrugada, en una casa ubicada en el cruce de la calle Ventura Coll y Buenos Aires, en la localidad de Tortuguitas, partido de Malvinas Argentinas. Según los investigadores, el asalto guardaría relación con un robo que habría realizado la víctima con los hombres que entraron a robarle. Los tres delincuentes llegaron en un auto. Luego de romper la puerta a patadas, fueron directo hasta la pieza donde dormían Barramendi, su mujer y el hijo de ambos. Allí los asaltantes apuntaron con una escopeta y gritaron “¡Dame toda la plata que escondés o te matamos, dale!”. Como el hombre no quiso entregarles nada, los asaltantes le pegaron dos tiros: uno le dio en un hombro y otro en una rodilla. Enseguida, la mujer, para intentar frenar el ataque, les dio la llave de su Peugeot 405 para que se llevaran todo lo que quisieran y se fueran. A pesar del intento por calmarlos, Ariel recibió un tercer impacto que dio en la nuca y le produjo la muerte en el acto.
Algunos perdigones del último disparo pegaron en el cuerpito del nene y en la pierna de su madre. Pero pese a las heridas, ambos se encontraban ayer fuera de peligro.
Según fuentes policiales, el hecho guardaría relación con el botín de un robo que los cómplices reclamaban a Barramendi y que éste supuestamente escondía en alguna parte de su casa. Los ladrones no se llevaron la plata que buscaban. Y en su intento por encontrarla rompieron las maderas que revestían el techo.