Rocamora marchó de Gualeguay al Arroyo de la China, donde había poblado y parroquia desde 1781. Inspeccionó los terrenos y estableció el asiento definitivo de la población en una altura que se inclinaba hacia el río Uruguay, al norte del arroyo, y media legua al Nordeste de la capilla y población existentes.
De inmediato comenzaron a desmontar espinillos y malezas. Las crónicas confirman que ya el día 25 de junio de 1783 estaba instalado el Cabildo, repartido 133 solares y se construían casas. Se llamó a esta fundación “del Arroyo de la China”, pero, por ser la patrona y protectora la Purísima Concepción, se la comenzó a llamar a propuesta de Rocamora, Concepción Del Uruguay.
La tarea de asentamiento consistió en limpiar la tierra y nivelar la parte central de la Villa.
Después de tres días, se procedió a delinear y amojonar los sitios, plaza y calles siguiendo el plan que se había practicado en la ciudad de Gualeguaychú. El 25 de junio finalizaron las tareas y 133 familias fueron distribuidas en varios sitios, bajo la consigna de que debían comenzar a edificar de inmediato.
Rocamora, en su oficio al Virrey, con fecha 25 de junio de 1783, propuso constituir el primer Cabildo. Hasta entonces, el patrono del arroyo de la China era San Sebastián y el Comisionado sugirió como patrona de la villa a la Purísima Concepción.
El Virrey, que se encontraba en Montevideo, expidió el decreto el 12 de julio de 1783, aprobando la fundación y elección de las autoridades competentes del Cabildo, determinando que el título de la Villa fuera Concepción del Uruguay.
Don Tomás de Rocamora nació en 1740, en Granada de Nicaragua, reino de Guatemala.
Siendo muy joven, se trasladó a España, donde ingresó en el ejército. En 1778 participó de la expedición militar a la Banda Oriental, donde formó parte de la oficialidad de guerra de Dragones de Almanza, como Ayudante Mayor del Regimiento.
En el año 1782, el virrey Vertiz lo designó para desempeñar la comisión de Entre Ríos y las acertadas observaciones de Rocamora motivaron que el Virrey le encomendara la fundación de cinco pueblos en nuestra provincia. Tres de ellos se organizaron con Cabildos propios: Gualeguay, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú.
En 1958 se instituyó el “Día de Don Tomás de Rocamora”. Mediante un decreto, el Gobierno de la Provincia declaró el 11 de agosto como fecha en la que se conmemora al fundador de Gualeguay, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú.
Las reglas españolas para fundar ciudades eran rigurosas. Para conocer el procedimiento, el encargado de la misión debía atenerse a las Leyes de Indias, verdaderos “manuales” para fundadores.
La ley I de la Recopilación de Indias, dice lo siguiente: “que los pueblos se ubiquen en los lugares libres, que se repartan los sitios dejando plazas y calles tiradas a cordel que den a los caminos principales, reservando tierras para futuros crecimientos.
Deben tener agua cerca, materiales de edificación, tierra de labor y pasto. Que se elijan lugares que no sean muy altos por los vientos y dificultades del acarreo, ni bajos por enfermizos, ni sujetos a nieblas. Que estando en la ribera de un río, sitúen la población de modo que el sol al salir dé primero en el pueblo y luego en el agua”.
Otras leyes disponen que el gobernador, al llevar a cabo la fundación, especifique si se trata de pueblo, ciudad, villa, para determinar, según su importancia, el número de las autoridades. Además, las Leyes de Indias indicaban “que en el sitio principal se coloque el templo y se dejen lugares para monasterios.
Que la plaza debe ser cuadrada, de tamaño proporcionado a la población, rodeada de calles anchas y en las salientes, angostas. Que los vecinos edifiquen hospital, ayuntamiento, cárcel y demás edificios públicos