La Cámara de Diputados de Uruguay dio el miércoles media sanción a un proyecto de ley para legalizar la marihuana, que de ser ratificado en el Senado convertirá al Estado uruguayo en el primero en el mundo en asumir el control de todo el proceso de producción y venta de cannabis.
El texto fue aprobado por 50 votos en 96, tras casi 14 horas de debate, solo con el respaldo de la izquierda gobernante Frente Amplio (FA), que también tiene mayoría en el Senado.
La votación fue recibida con aplausos por poco más de un centenar de defensores de la legalización del cannabis, que presenciaron la sesión desde las barras.
El proyecto de ley -lanzado en junio de 2012 en el marco de una serie de medidas para combatir el aumento de la violencia- prevé que el Estado asuma el control y la regulación de la importación, plantación, cultivo, cosecha, producción, adquisición, almacenamiento, comercialización y distribución de cannabis y sus derivados.
Tras registrarse, los usuarios podrían comprar hasta 40 gramos mensuales de cannabis en farmacias, pero también se permitirá el autocultivo y el cultivo en clubes de membresía.
El polémico proyecto, promovido por el presidente José Mujica, es rechazado por el 63% de la población, según una reciente encuesta de la empresa Cifra.
“La regulación no es promover el consumo, el consumo ya existe”, aseguró en el inicio de la sesión el diputado Sebastián Sabini, informante de la iniciativa promovida por el presidente José Mujica.
“Lo que estamos haciendo es regular una actividad lícita en nuestro país. De lo contrario estamos impulsando a los usuarios a ir al mercado negro, ir a una boca (punto de venta) y entrar en contacto con sustancias que son más peligrosas, más nocivas para la salud y que generan más dependencia física“, sostuvo, antes de la aprobación de la norma en Diputados.
Actualmente el consumo de marihuana no está penado en Uruguay, aunque sí su comercialización, y son los jueces quienes deciden la cantidad de droga que puede tener una persona para consumo personal.
El legislador enfatizó que el negocio del narcotráfico “financia el crimen organizado, financia actividades ilícitas como la trata de personas, la venta de armas o el lavado de activos”.
Sabini aseguró que “con la política prohibicionista el consumo de cannabis se ha duplicado en los últimos diez años” en el país, mientras que el de tabaco se redujo tras la aplicación desde 2006 de duras políticas antitabaco.
“No significa que tengamos que dejar de combatir el narcotráfico, significa que al narcotráfico hay que combatirlo en sus aspectos sustanciales, no al usuario que tiene 40 gramos en su bolsillo”, enfatizó el legislador.