La cùpula de la Iglesia Católica argentina decidió reabrir la investigación diocesana sobre el cura Justo José Ilarraz. La notificación llegó desde el Arzobispado de Buenos Aires, y hace referencia a una actuación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de Roma. Las víctimas deben declarar el 2 de mayo en el Tribunal Interdiocesano de Santa Fe, el mismo que antes había rechazado una petición para que interviniese en el juzgamiento de Ilarraz.La notificación llegó desde el Arzobispado de Buenos Aires, que dirige el cardenal Mario Poli. Y supone un tirón de orejas hacia las autoridades eclesiásticas locales, e incluso al Tribunal Interdiocesano de Santa Fe. Y es consecuencia de la presión de las víctimas del cura Justo José Ilarraz por lograr justicia en el escandaloso caso de pedofilia que salpica al Seminario Arquidiocesano de Paraná y que compromete a los tres últimos arzobispos de Paraná: Estanislao Karlic, Mario Maulión y Juan Alberto Puiggari.
De acuerdo a lo que entienden las víctimas, en el impulso que ahora cobra la investigación eclesiástica sobre Ilarraz tiene un rol clave el arzobispo de Buenos Aires, sucesor de Jorge Bergoglio, según informó El Diario, a través de una nota firmada por el periodista Ricardo Leguizamón, especialista en temas eclesiásticos.
Cuatro de las siete víctimas que denunciaron por abusos al cura Justo José Ilarraz en la Justicia, buscaron también que en el tema se pronunciara la Iglesia. Primero pusieron al corriente al arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, pero el objetivo fue Santa Fe, más precisamente el Tribunal Interdiocesano que tiene jurisdicción sobre Paraná. Pero además, elevaron un pedido de investigación sobre Ilarraz a la Nunciatura Apostólica, la representación diplomática del Vaticano en Argentina.
Las víctimas, que no fueron oídas hasta ahora por un tribunal de la Iglesia, se sentarán el próximo 2 de mayo, a las 10.15, en la sede del Tribunal Interdiocesano de Santa Fe. Y como consecuencia del impulso que cobró la causa en Roma, adonde había llegado una última notificación desde Paraná en 2012.
La Iglesia tiene su propio sistema judicial, que mayoritariamente se ocupa de trámites de anulación de matrimonios. Y juzga con derecho propio y exclusivo: La cabeza máxima de ese sistema judicial es el Papa, asistido por la Signatura Apostólica, el tribunal supremo, y la Rota Romana, que recibe las apelaciones. Y en cada país, se constituyen los tribunales interdiocesanos, recordó Leguizamón.
Paraná está bajo la jurisdicción del Tribunal Interdiocesano de Santa Fe, que preside el arzobispo José María Arancedo, y que tiene como vicario de justicia al sacerdote Alejandro Bovero. Bovero fue, precisamente, el encargado de responderles a las cuatro víctimas, que acudieron con una presentación dos años atrás y que fueron asistidas por el abogado Milton Urrutia: les dijo que el trámite había sido rechazado.
En forma paralela, hubo gestiones ante el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, muy cercano al papa Francisco. Y la causa se activó, a pesar de la pereza del Tribunal santafesino.
El viernes llegaron las primeras citaciones desde el Arzobispado de Buenos Aires. El texto oficial dice: “En el marco de las actuaciones que se llevan a cabo en el procedimiento de referencia, por mandato del instructor cito a Ud. a prestar declaración como denunciante”, dice el texto que firma el notario, el sacerdote Matías Ezequiel Barutta.
El “procedimiento de referencia” tiene el siguiente encabezado: Congregación para la Doctrina de la Fe. Prot. Nº 305/2012”. Roma tomó conocimiento de la investigación eclesiástica en 1995, y la causa en la Justicia se abrió en 2012.
Ilarraz está procesado por la Justicia en el marco de la causa penal “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, pero antes había sido investigado por la Iglesia a raíz de las denuncias de seminaristas. Pero hasta ahora no se sabía de ninguna actuación en Roma sobre el caso.