La crisis de las estaciones de servicio no tiene fin. A pesar de los últimos incrementos en los precios de los combustibles, el negocio del despacho de naftas, gasoil y GNC sigue en picada. El Ministerio de Energía a cargo de Juan José Aranguren actualizó este lunes el registro oficial de estaciones de servicio habilitadas en todo el país. Según el Listado de Operadores Autorizados, hoy funcionan 4.909 establecimientos en la Argentina, unos 52 menos que en mayo de 2017. En esos 260 días transcurridos cerró una empresa cada cinco días.Los datos de Aranguren revelados por Surtidores reflejan que todavía siguen en pie 3.102 estaciones que solo despachan naftas y gasoil; unas 565 que venden exclusivamente GNC, y unas 1.242 que ofrecen ambos combustibles.
En la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) que preside Carlos Gold recalcaron que muchos perjudicados son empresarios pymes, con emprendimientos familiares, ante el avance de las grandes compañías. "Las estaciones de servicio aún operan en un marco de rentabilidad regulada por parte de las grandes compañías petroleras, donde de manera directa (comisión por venta) o indirecta (precio sugerido) le fijan porcentajes al estacionero", sostuvieron.
En este marco, en la entidad subrayaron que al observar los números de venta general de combustibles del año pasado las estaciones "perdieron" frente a las grandes compañías y distribuidores, que según denuncian en Cecha, actúan "en simultáneo" como proveedores del mercado mayorista y competidores en el minorista, en una situación de desventaja para las estaciones. "La integración vertical es también una de las razones que afectan al sector, por eso el sector impulsa el avance en el congreso del proyecto de ley de comercialización de hidrocarburos", enfatizaron.
Analía Salguero, titular de la Cámara de Expendedores de Combustibles de San Juan (C.E.C.A.SJ) aseguró que la situación actual es "compleja", pero que los problemas son antiguos. "La problemática más grave es la escasa rentabilidad", remarcó en diálogo con ámbito.com. "El negocio es de volumen y cuando baja el consumo, las estaciones fácilmente quiebran su punto de equilibrio, con estructuras costosas y numeroso personal", describió la dirigente empresaria. En el rubro se quejan de un mercado cada vez menos demandante y los aumentos de costos fijos, no solo de salarios, sino de las comisiones de ventas con tarjetas de crédito y los impuestos.
Pero además, Salguero apunta a las decisiones gubernamentales. "La falta de previsión energética en nuestro país puso en jaque constante el normal desarrollo de las estaciones de servicio y sin posibilidad de poder planificar por el momento", aseveró.