Fue alrededor de las 2.30, cuando Miguel Ángel Moyano de 80 años, transitaba en su moto, de este a oeste por el bulevar Irigoyen, casi frente a plaza La Loba.

El octogenario, que no tenía casco, por causas que se trataban de establecer, cayó con el rodado y dio con su cabeza contra el pavimento, sufriendo gravísimas lesiones que demandaron su asistencia y traslado al hospital Justo José de Urquiza, con un pronóstico verdaderamente preocupante.

Inmediatamente tomó intervención personal de la comisaría Primera y Criminalística, que habría confirmado que Moyano se dirigía a su casa ubicada en calle Malvinas Argentinas al 200, habiendo salido momentos antes del local de la Peña El Espinillo, ubicada a pocos metros del lugar del accidente. Según aseguraban testigos, el anciano se vio sorprendido por el repentino cruce de un perro callejero, con el cual impactó, provocando esto la rodada.

Una vez en el nosocomio uruguayenses, los médicos confirmaron que el motociclista presentaba traumatismo grave de cráneo, traumatismo severo facial y diversas lesiones, habiendo perdido el conocimiento y presentando una gran hemorragia. Debido al estado desesperante con el cual llegó al hospital, el anciano fue asistido y finalmente internado en la sala de cuidados intensivos, en grave estado y con pronóstico reservado, donde los médicos hacían todo lo posible por compensarlo y salvarle la vida.

Nuevamente el no uso del caso forma parte de un hecho de estas graves características y demanda que en forma urgente la comunidad y sobre todo los usuarios de motovehículos, entiendan la importancia de este elemento de seguridad.