ENTRE RÍOS
Evaluaron el desempeño de los estudiantes del secundario
La Resignificación de la Escuela Secundaria, en el marco de los ejes de la política educativa de mejorar la calidad con inclusión de todos y todas, implicó la necesidad de revisar, entre otras cuestiones, el sistema de evaluación vigente en el nivel.
“Es de público conocimiento que los egresados del secundario se enfrentan con serias dificultades en el ingreso y permanencia en el nivel superior. Varias son las causales de dicha situación, planteada recientemente por los medios periodísticos respecto a la escasa incorporación en la Universidad Tecnológica Nacional, Regional Paraná”, comentó al respecto Bar.
La normativa
Con la intención de que la evaluación durante el trimestre y durante todo el año sea un proceso constante e integral, con oportunidades de revisión de conocimientos y recuperación de saberes, el CGE aprobó la Resolución Nº 1582/11. La norma responde a las exigencias de la sociedad actual respecto a la formación de los adolescentes y jóvenes: “Mayores exigencias de estudio, mejor enseñanza, más responsabilidades como estudiantes, más y mejores aprendizajes, más acompañamiento de los padres, elaboración de diferentes estrategias por parte de las instituciones educativas y sus docentes”, explicó Bar.
Esta normativa plantea mayores exigencias que la anterior norma, pues vuelve a instituir las mesas de exámenes; la aprobación con seis; el mantenimiento sólo de dos previas; la posibilidad de reclamar, entre los puntos centrales. Presenta esta nueva norma más oportunidades con nuevas instancias de integración en cada trimestre y las de revisión antes de cada turno de exámenes que los/las ayuden en su preparación.
En cuanto a la evaluación de los alumnos, Mangeón apuntó que “ésta no es una fría medición de los conceptos aprendidos taxativa y ordenadamente del programa disciplinar y menos aún el resultado de una prueba escrita. Es el resultado del seguimiento durante el año de los conocimientos, capacidades y valores adquiridos y generados. Esto supone horas de estudio, cumplimiento de actividades, indagaciones en terreno, individuales o en grupos, resolución de problemáticas, respeto por las diferencias, desempeño ciudadano participativo y comprometido, entre otras cuestiones”.
Además, esta evaluación también supone el trabajo férreo del equipo docente, la aplicación de variadas estrategias de enseñanza, el desarrollo de interesantes propuestas de trabajo en el aula, motivar ante el desgano o el desinterés de algunos adolescentes, explicar sistemáticamente ante dudas o incomprensiones.
Acompañamiento a las escuelas
Desde el año 2009, la Dirección de Educación Secundaria elaboró documentos teóricos, los distribuyó y brindó asistencia técnica a todas las escuelas secundarias, estatales y privadas, sobre la evaluación, “ya que consideramos imprescindible que los/las adolescentes y jóvenes permanezcan en las escuelas aprendiendo, trabajando en actividades interesantes, participando de su propia evaluación, formándose como sujetos, estudiando con gusto”, apuntó Bar.
Por su parte, respecto al trabajo realizado a lo largo del ciclo lectivo 2011, Mangeón comentó que “se capacitaron 7.744 docentes en la provincia para la resignificación de la escuela secundaria y la aplicación de la nueva normativa”.
Responsabilidades compartidas
Haciendo un análisis de los resultados de la evaluación de los alumnos durante el 2011 y de las responsabilidades de los docentes y las familias, Bar reflexionó: “Los docentes solos sin la colaboración de las familias no podrán obtener todos los resultados esperados; y por ello nos preguntamos ¿por qué los estudiantes rinden a fin de año tantas materias?, ¿exigimos en nuestros hogares horas de estudio y cumplimiento de tareas?, ¿hay controles en la cantidad de horas de los adolescentes frente a las pantallas que invaden los hogares: televisión, internet, play station, celulares, ipad, redes sociales?”.
La evaluación no es castigo ni facilismo, es un proceso que permite calificar al estudiante en función de su rendimiento académico. Al respecto apuntó Bar que “la culpa de las asignaturas no aprobadas, no es responsabilidad de una norma, sino del conjunto de factores señalados inherentes a la institución, a los profesores, a los padres y a los propios adolescentes y jóvenes”.
Planes de mejora y escuelas de verano
Para brindar una educación de calidad y poder promover el año será necesario, en consecuencia, el cumplimiento de responsabilidades que deberán asumir entre todos, durante enero y febrero en las Escuelas de Verano, oportunidad que le brinda el Estado provincial para asegurar la permanencia en el sistema obligatorio.
Al respecto, Mangeón dijo que “para el hacer en el aula hay planes de mejora con escuelas de verano, para empezar a trabajar con los estudiantes a partir del 20 de enero haciendo una apoyatura con las disciplinas de mayor complejidad; esto habilita a las escuelas a llamar a concurso para cubrir estas horas”.
“Hay muchas responsabilidades en juego, la responsabilidad política, la responsabilidad de las escuelas, la responsabilidad de los docentes y la de los propios adolescentes que tienen que aprender en la escuela y aprovechar todas estas instancias formativas”, concluyó Mangeón.