RURALES.
LA LLUVIA FRENA LA TRILLA DE GRANO GRUESO.
La paralización de la cosecha de granos gruesos –fundamentalmente del sorgo– y la posibilidad de que se den condiciones climáticas favorables al desarrollo de las enfermedades de fin de ciclo en los cultivos de soja son las consecuencias centrales en la producción agrícola de las últimas lluvias que cayeron sobre buena parte de Entre Ríos.
Con la trilla del maíz de primera prácticamente finalizada –se lleva cosechado el 95% del área implantada–, el sorgo es el cultivo más complicado por las precipitaciones de las últimas horas. El avance de la recolección se ubica entre el 10 y el 15% de la superficie sembrada y las labores recién podrían reanudarse dentro de cinco o seis días, siempre y cuando el clima mejore. Las características de la planta de sorgo –alta y cerrada– cuando está lista para su cosecha, además, demora el oreado de los suelos. El ingreso de las máquinas a los lotes, en consecuencia, podría demorarse incluso un poco más.
Volviendo al maíz de primera, las estimaciones de rindes caen semana a semana. Cabe destacar, en este sentido, que el rendimiento promedio en la provincia, cuando restan unos pocos lotes por cosechar, se ubica en 46 quintales por hectárea, dos quintales menos que hace siete días. El dato será confirmado mañana cuando el Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber) dé a conocer su informe semanal.
Con relación a la soja, el avance de la cosecha de los cultivos de primera –también frenada por las lluvias– se encuentra en el 5% del área implantada y la trilla se reanudará ni bien haya piso.
Las sojas de segunda, en tanto, se encuentran entre R4 y R5, es decir entre la etapa final de formación de vainas y el comienzo del llenado de granos. Estas sojas son las más expuestas a las denominadas enfermedades de fin de ciclo y, por lo tanto, productores y asesores técnicos deben estar más atentos.
Las abundantes reservas hídricas de los suelos, producto de las precipitaciones de las últimas semanas, por otro lado, garantizan una buena humedad para la próxima siembra de trigo cuya fecha óptima de implantación para los ciclos largos se extiende desde mediados de mayo a mediados de junio.