YOGURT PROBIOTICO.
SE ELABORA PARA COMEDORES ESCOLARES.
Los primeros vínculos entre la Universidad, el gobierno provincial, la CAFESG y Conicet, datan de 2010. Ahora el gobierno provincial, a través del Instituto de Control de Alimentación y Bromatología (ICAB), firmó convenios de cooperación mutua con la Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande (CAFESG) y la Facultad de Ciencias de la Alimentación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), para dar el último impulso a la fabrica de yogurt probiótico destinado al consumo infantil en los comedores escolares en la provincia de Entre Ríos.
Hugo Cives, decano de la Facultad de Ciencias de la Alimentación, anticipó que el proyecto se encuentra en proceso final, ya que la compra de la envasadora automática “se va a dar en abril, por lo que para mayo estaríamos produciéndolo”. Cives remarcó que se trata de un producto no comercializable, ya que el objetivo es que llegue a los comedores donde va a haber un equipo multidisciplinario de psicólogos, médicos y nutricionistas. “Vamos hacer un estilo pote de postrecito de 140 gramos que será dado a niños de entre los 2 y 7 años”.
El objetivo de yogurt probiótico es poder llegar a la población más vulnerable que no tienen acceso a una adecuada alimentación para chicos en crecimiento. La explicación de Cives señala que “a través de este yogur el intestino pueda estar en mejores condiciones para que un niño pueda crecer aprovechando todos los nutrientes” y a la vez también “estar protegido contras otras enfermedades infectocontagiosas o de los intestinos que son fundamentalmente en niños que crecen en ambientes con malas condiciones de salud”.
El yogurt probiótico tiene una cepa que es creación del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) en la ciudad de San Miguel de Tucumán dependiente del CONICET. Allí se encuentra esta unidad dedicada al estudio de bacterias lácticas (BAL) en dos grandes áreas: alimentos y salud humana y animal.
Con la visita a las instalaciones en la UNER Concordia del director del ICAB, Pablo Basso, se pudieron observar los avances en la instalación de las maquinarias necesarias para el comienzo de la producción de estos yogures. En los tres módulos que se están finalizando se ubicará un lactofermentador multipropósito con una capacidad de 500 litros y la mezcla con capacidad de 250 litros. “Con la palabra mezcla me refiero al yogurt propiamente dicho mezclado con la cepa y con el sabor que le estamos dando” indicó Cives.
Mientras se finaliza la etapa del montaje, lo único que estaría faltando instalar es una planta envasadora pero que se encuentra en un período de licitación de precios y durante esta semana se abrirán los sobres correspondientes.